“La Biblioteca de Escritoras Colombianas nos da la posibilidad de leer el otro lado de la tradición literaria, el que nos perdimos porque nos fue negado. Conocer otras voces, otros modos de pensar, otros modelos de pensamiento”, asegura Pilar Quintana, coordinadora editorial de este proyecto.

Con dieciocho títulos de algunas de las escritoras más relevantes del país desde la Colonia hasta las nacidas durante la primera mitad del siglo XX, la Biblioteca de Escritoras Colombianas busca rescatar las obras de autoras sobresalientes que están descatalogadas o que no han tenido el reconocimiento que merecen, además de ofrecer a los lectores unas ediciones modernas que se podrán consultar de manera gratuita, en las bibliotecas públicas.

Puede leer: “He soñado con no haber nacido escritora sino millonaria, campesina o mantenida”, Pilar Quintana

Igualmente, gracias a una alianza con editoriales independientes, once de ellas circularán en el mercado y podrán adquirirse en librerías. Cada libro cuenta con un prólogo escrito por una especialista que da contexto a la obra y a su autora dentro de nuestra tradición literaria. 

Este contenido es importante porque “promueve la memoria de mujeres escritoras de nuestro país que han sido invisibilizadas e ignoradas, y rescata obras actualmente descatalogadas. Las mujeres históricamente no han tenido las mismas oportunidades de educarse que los hombres, de publicar, de ser reconocidas por su trabajo”, explica Pilar Quintana a Diario Criterio.

Biblioteca de Escritoras Colombianas: una selección necesaria

Encontrar los textos de las mujeres que se atrevieron a escribir aun cuando era algo prohibido, encontrar esos títulos que quedaron en el anonimato y rescatar los poemas, ficciones y ensayos de las escritoras silenciadas ameritaba una búsqueda exhaustiva, pero sobre todo un equipo dispuesto a hacerlo.

Puede leer: “Donde todas tenemos el recuerdo de otra mujer muerta, es allí donde nos toca este libro”

La investigación de esta colección estuvo a cargo de Natalia Mejía, María Antonia León y Pilar Quintana. Ellas seleccionaron a cada una de las escritoras colombianas, buscaron dónde habían vivido, cuándo, qué habían escrito. “Indagamos por el panorama actual: cuántas circulaban, cómo, quién las publicaba y leía, qué hacía la academia por ellas, si estaban en las librerías, cómo las exhibían”, asegura la escritora.

A la par, conformaron un comité editorial en el que participaron académicas, escritoras, libreras, editoras y gestoras culturales. Con este equipo pulieron la idea y, según cuenta Pilar, llegaron a la conclusión de que la Biblioteca debía sacar a la luz a las grandes escritoras del país que se conocían poco porque estaban descatalogadas, olvidadas o borradas.

“Así dimos con nuestro objetivo: salvaguardar la memoria de la literatura hecha por mujeres en Colombia y dar a conocer sus obras”.

Las autoras

Las 18 mujeres que hacen parte de la Biblioteca de Escritoras Colombianas son Francisca Josefa del Castillo, Soledad Acosta de Samper, Sofía Ospina de Navarro, Amira de la Rosa, Emilia Pardo Umaña, Teresa Martínez de Varela, Elisa Mujica, Emilia Ayarza, Meira Delmar, Maruja Vieira, Flor Romero de Nohra, Helena Araújo, Hazel Robinson Abrahams, Albalucía Ángel, Berichá (Esperanza Aguablanca), María Mercedes Carranza, Silvia Galvis y Amalialú Posso Figueroa.

Puede leer: Guía de librerías independientes en Bogotá: un mundo de letras por descubrir

Encontrar su trabajo no fue fácil. “Requirió una extensa búsqueda en internet, bibliotecas públicas, archivos y librerías. Comparamos las ediciones existentes y compilamos textos inéditos para conformar las nuevas. Buscamos el apoyo de traductores en los casos de obras con fragmentos o expresiones en latín, portugués y francés. Además, el contacto con los herederos y/o representantes legales de las autoras también requirió su propia dedicación. Fue un trabajo muy completo”, explica Pilar Quintana.

Esta es una biblioteca diversa que incluye autoras de todo el país: Bogotá y la región andina, la Sierra Nevada del Cocuy, la costa Caribe, San Andrés Islas, el nororiente, el suroccidente, el eje cafetero y Medellín. Hay escritoras mestizas, negras, raizales e indígenas.

Mujeres privilegiadas y mujeres excluidas, religiosas y laicas, amas de casa y profesionales, y en condición de discapacidad. Los géneros literarios están bien representados con novelas, libros de cuento, poesía, crónica, textos periodísticos y una obra de teatro.

“Lo más satisfactorio es precisamente sacar a la luz a las grandes escritoras del país que se conocían poco porque estaban descatalogadas, olvidadas o borradas. En pocas palabras, cumplir nuestro objetivo: salvaguardar la memoria de la literatura hecha por mujeres en nuestro país y dar a conocer sus obras”, concluye Pilar Quintana.