A los jóvenes se les vio portando cascos y máscaras para protegerse de los gases lacrimógenos, además de escudos azules con letreros que decían “resistencia”, “vamos a marchar” y “la protesta se defiende”.

También tenían un escudo naranja conocido en la famosa saga de ‘Star Wars’. Se trata del símbolo de la alianza rebelde que representa la resistencia al imperio;, enviando un claro mensaje sobre la conformación de este grupo que se autodenominó ‘La Primera Línea’.

Incluso publicaron un manifiesto en Twitter en el que explican que su objetivo es “responder al ataque indiscriminado a las manifestaciones pacíficas” en las que participan estudiantes, campesinos, indígenas, obreros, artistas, entre otros.

El texto detalla:

“Existimos para defender al manifestante. A Dilan. A Brandon. […] Defendemos a la gente porque el gobierno tiene al Esmad para que defienda sus intereses”.

Además, señalan que están dispuestos a apagar los gases del Esmad para que no afecten a los que marchan y aseguran que su objetivo no es provocar, sino repeler a la policía mientras protegen la retirada del manifestante”, entre otras acciones para garantizar que “el ciudadano se pueda manifestar en paz, sin temor a ser asesinado”.

Algunos internautas y medios los captaron en video:

Sin embargo, este tipo de grupos no es nuevo, pues en las protestas de Chile se ha visto algo similar. Una crónica del medio austral The Clinic contó hace unas semanas –y con imágenes– sobre el trabajo de esos jóvenes; aunque allí sí intentan responder el ataque.

Esto porque mientras “los agentes de policía estatales disparan perdigones” y los manifestantes huyen, algunos heridos, otros “se mueven lo más cercanos al suelo que pueden, llaman a los escudos para que improvisen un muro que los proteja mientras lanzan rocas, pavimento, bolitas, botellas y todo lo que tengan a mano”.

Este video, muestra su respuesta en un enfrentamiento policial el pasado 18 de noviembre en Chile –lo que no fue necesario en las protestas de este miércoles en Colombia–.

“Por lo mismo en cada jornada se suben las capuchas y vuelven a la carga. Su tarea no es escribir una nueva constitución a pedradas, su sueño no es matar agentes del estado”, finalizó en su relato The Clinic.