Se cataloga como un hombre garantista y defensor del acuerdo de paz que firmó el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc. Así lo dijo en entrevista con El Espectador, medio que lo interrogó sobre algunos “temas incómodos” que aún no están resueltos.

García cursa un por parapolítica y, según dice, desde 2006, cuando llegó al Congreso, utilizaron chismes y mentiras en su contra, pero se acabó el lío cuando se creó la figura de la silla vacía.

“Y ahí lleva trece años esa investigación preliminar, quedando por muchos años así, en una preliminar. Evidentemente no hay elementos que permitan involucrarme. Cuando uno hace política está expuesto a persecuciones y montajes, eso es lo que me ha pasado a mí”, afirma el senador.

Lidio García y Álvaro Uribe, senadores.

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El Espectador también le preguntó sobre su relación con el exgobernador de Bolívar Joaco Berrío, inhabilitado por 18 años por no celebrar contratos oportunamente y generar problemas de salud pública que fueron constatados por varias entidades.

Según dice, a Berrío solo lo conoce por ser un empresario exitoso, pero no por política.

El nuevo presidente del Senado también lo relacionan con el llamado Cartel de la Toga. Sin embargo, dice que no tiene nada que ver con el tema y que no es verdad.

“No me investigan por nada que tenga que ver con eso. No he sido mencionado ni he estado en eso nunca en mi vida”, señaló El Espectador.

Otro punto que le mencionó ese medio a García tiene que ver con unos audios en los que él conversa con una registradora en lo que sería tráfico de influencias. Según explica, eso tiene que ver con que en las elecciones de hace 4 años le quería “robar la alcaldía a un muchacho liberal que ganó por diecisiete votos.

“Y yo llamé a alertar a la funcionaria de que estábamos atentos de que no nos robaran la elección. Lo que hice, como jefe liberal, fue defender a mi partido”, argumenta.