Además, en 305 de ellos subsisten factores de violencia por la presencia de grupos armados, siendo los departamentos de Antioquia, Chocó, Valle del Cauca y La Guajira donde se concentran las principales preocupaciones de la MOE.

En esas regiones, así como en Nariño y Norte de Santander se sitúan buena parte de los 40 municipios en “riesgo extremo”, donde confluyen violencia y posibles fraudes, detalla el organismo en un comunicado.

La MOE exhortó al ELN a declarar un cese al fuego unilateral para garantizar el buen desarrollo de las votaciones en sus zonas de influencia.

Las elecciones de gobernadores, alcaldes y diputados locales también podrían padecer alteraciones por parte de otros grupos ilegales como disidentes de las Farc y bandas narcotraficantes de origen paramilitar, según el organismo.

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Las elecciones locales de octubre serán las segundas que tienen lugar en Colombia tras el acuerdo de paz, escenario en el que ahora hay “nuevos desafíos, [nuevos] grupos armados ilegales y [nuevas] formas de violencia contra candidatos políticos que se manifiestan en partes del país donde ya no está la guerra”, dijo a la AFP Camilo Vargas, coordinador del observatorio electoral de la MOE.

“Es menor de lo que teníamos hace cuatro años” pero es “preocupante”, agregó. Y es que el riesgo en estos comicios disminuyó en comparación con las elecciones de 2015, cuando las Farc aún estaban armadas, e incluso ligeramente mejor respecto a las presidenciales y legislativas de 2018, destacó Alejandra Barrios, directora de la MOE.

Aun así, la campaña se ha visto empañada por el asesinato de 15 candidatos, funcionarios y colaboradores de los aspirantes a cargos públicos entre el 1 de enero y el 4 de septiembre, según la Defensoría del Pueblo.