“Fue toda la vida hermosa. Me quiso mucho. Me amaba. Yo era su nenita”, recordó Cáceres al hablar con Caracol Radio de su única hija, asesinada junto con su esposo, Rodrigo Monsalve, con quien estaba recién casada. “Fue juiciosa. Hizo su carrera a pulso. Todo lo que quería lo lograba”.

Después de esa semblanza personal de su hija, Cáceres empezó a hablar en esa emisora de otra faceta de Natalia. “Iba en contra de todas las cosas: del maltrato, del engaño, de la falsedad. Todas las cosas que eran malas a ella le fastidiaban. Ella era hermosa, era amigable, era noble. Quería la tierra, quería sus campesinos. Por eso la mataron”.

“Natalia era una niña excepcional. Era buena. Los sentimientos de bondad que poca gente tiene en el mundo, y en este Colombia tan podrido, tan lleno de odio, eso no les sirve”, agregó la compungida madre en la misma frecuencia radial.

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“Mi hija fue la víctima, como los otros líderes sociales. Por eso los mataron. Por eso. Estoy segura. A ellos no los atracaron, a ellos no los escopolaminaron por robarles el carro. Los mataron por ser una líder social que no hacía sino defender al campesino, no hacía sino enseñarlos a cultivar su tierra”, siguió Jiménez.

“Ella rogaba y lloraba y decía: ‘Quiero que esos campesinos tengan sus parcelas para que la tierra vuelva a ser como antes. Quiero que ellos mismos saquen sus productos, y los puedan comercializar a buenos precios’. Y si alguna vez no estaba de acuerdo, por reflejar eso, la mató. Por haber dicho alguna vez: ‘No pueden aprovecharse de ellos’. Por haberle dicho al campesino: ‘Yo lo ayudo, tranquilo’. Eso la mató”, insistió la madre de la joven.

A las extrañas circunstancias que rodean este execrable crimen, y que deberán ser establecidas por la investigación, se suma la consideración de Rafael Martínez, alcalde de Santa Marta, que explicó que la zona donde se cometió el doble asesinato, a 45 kilómetros de esa ciudad, es rural y muy extensa: “Por un lado, está el Parque Tayrona, y por otro lado está el parque Sierra Nevada, y toda la franja de los diferentes ríos que bajan de la Sierra”, explicó el mandatario en Blu Radio.

“El caso se sale de los parámetros delictivos que caracterizan esa zona”, agregó Martínez en esa emisora. “No es normal que se ataque a personas que van en calidad de turistas. Hay homicidios, pero son perpetrados por disputas entre criminales que pertenecen a una u otra estructura. En la zona ha habido extorsión, pero ha bajado muchísimo, y en el pasado no reciente hubo secuestros. Pero que un par de turistas sean interceptados en la vía, sean asesinados de esta manera, no”.

También llaman la atención las declaraciones, en esa misma emisora, de Clara Solano, directora ejecutiva de la Fundación Natura, a la cual estaba vinculada Natalia.

Solano dijo que Natalia no trabajaba en la zona donde los mataron. “Trabajaba en otras zonas del Magdalena y de Córdoba”, dijo, y subrayó: “No corresponde el sitio de trabajo con el lugar del asesinato”.