El cavador, al que El Tiempo identifica como Roberto para guardar su verdadera identidad, le contó al diario que resultaba común que en Dabeiba, Antioquia, contrataran a personas para cavar huecos y enterrar cuerpos que no habían sido reclamados. No obstante, señala él al periódico, también le tocó vestir a los cadáveres.
“Nos mandaron a enterrar a esa gente, abrimos un hueco muy grande, de 4 de ancho por 4 cuatro de largo y un metro de profundidad; y estábamos alistándonos para llevarlos allá, cuando llegó un comandante del Ejército con 15 soldados y nos dijeron que los vistiéramos”, manifestó.
En esa labor, Roberto y las otras dos personas enterraron a tres hombres y una mujer que, dijo él al medio, el Ejército identificó como guerrilleros. Pese a que Roberto ya había visto a uno de los fallecidos, creyó en la versión de los uniformados, manifestó al diario, porque no tuvo ninguna relación con el difunto.
Luego de vestir a dos de los fallecidos (los otros quedaron en ropa interior), relató el cavador a El Tiempo, los soldados les tomaron fotos a los cuerpos y después sí los cubrieron con la tierra.
Asimismo, manifestó en el medio que hubo otra vez en la que enterraron hasta 28 cuerpos en el transcurso de una semana.
“La mayoría eran NN. Enterraban hasta de a tres en un mismo hueco en bolsas de plástico. Me mandaron una vez a una ferretería que había en la calle central de Dabeiba a hacer bolsas con un rollo de plástico, una tijera y una maquinita para sellar las bolsas, me hice 35 bolsas y eso no duró una semana” aseguró.
Entretanto, la JEP sigue haciendo procedimientos para hallar los cuerpos.
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