Las cámaras que están ubicadas en los postes amarillos, los separadores y los semáforos hacen parte de un sistema inteligente que contrató la Alcaldía de Bogotá en2018 y que empezó a funcionar en 2020. Sin embargo, contrario a lo que piensan muchos conductores, estos dispositivos tienen una función diferente a la de recaudar evidencias para la imposición de comparendos a través de fotomultas.

Según la Secretaría de Movilidad de Bogotá, el objetivo de estas cámaras es recolectar y procesar información sobre la cantidad de vehículos que se movilizan por determinados puntos de la ciudad con el fin de controlar la movilidad, reducir el tráfico y disminuir los tiempos de viaje, dándole prioridad a las vías con mayor congestión vehicular.

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“Los sensores y cámaras no registran sanciones al Código de Tránsito, pues están allí para hacer conteos y regular el tráfico automáticamente”, aseguró la Secretaría de Movilidad de Bogotá.

El sistema inteligente de la red de semáforos pretende ajustar automáticamente y en tiempo real la duración de las luces en verde y rojo. De esta forma, la información que las cámaras recogen (número de vehículos, trancones, obras cercanas) llega a una central de datos para posteriormente devolverla al semáforo, modificando sus tiempos de duración, dependiendo la necesidad de las vías y los conductores.

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El contrato de este sistema de semáforos inteligente se adjudicó al consorcio Movilidad Futura 2050 por un valor cercano a los 173 mil millones de pesos. En otras ciudades, tecnologías como esta han logrado ahorros de entre 15% y 25% en el tiempo promedio de viaje.