El pronunciamiento del Eln se hace después de que el Presidente, tras su intervención en la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York, tomó la decisión de retirar a Venezuela como país garante en el proceso de paz con ese grupo guerrillero.
Además de sentar su queja sobre los condicionamientos unilaterales hechos por la administración Duque (cese de toda actividad criminal, liberar a todos los secuestrados), el Eln asegura que “el Partido Centro Democrático está echando a perder 6 años de conversaciones y una oportunidad histórica de paz para Colombia”.
Agregó que hay “gobernantes en plan de hacer trizas el proceso de paz”, y acusó al Gobierno de desconocer los acuerdos logrados hasta el momento, así como de una falta de voluntad por el presunto incumplimiento de lo pactado con las Farc.
Ahora bien, si en este momento no hay equipo negociador del Gobierno, si el estancamiento de los diálogos pasa por condicionamientos unilaterales, como los llama el Eln, no hay nada ilegal en la postura de Duque. Que si se trata de falta de voluntad, de acciones planificadas para dilatar o someter a la contraparte, eso es harina de otro costal.
Pero lo que prevalece, en esta búsqueda de una salida política o negociada al conflicto con el Eln, es la incertidumbre. Y Duque, con decisiones como la de no nombrar un nuevo equipo de voceros, siembra tal vez más inquietudes que certezas en un proceso de paz que arrancó hace rato y sigue en marcha, con países garantes, verificación internacional y todas las de la ley.
Entre tanto, seguirá este juego de policías y ladrones, de un Gobierno alardeando de su postura fuerte, y la de una guerrilla que no tiene otra que dedicarse a hacer presión con violencia en las regiones y palabras duras en comunicados, como este, en el que ahora culpa directamente a la bancada de Duque y al Presidente mismo de querer armar una guerra con Venezuela.
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