El 17 de marzo de 2018, Luis Fishman, entonces ministro de Seguridad de Costa Rica, hizo una declaración pública que le dio una pista a la inteligencia del Ejército sobre una organización narcotraficante colombiana liderada por un hombre que, prácticamente, vive al lado de un batallón del Ejército en Armenia, Quindío.
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Esta enredada conexión se esclarece en un informe de la fuerza pública, de septiembre de 2019, rotulado de “secreto” y conocido por El Espectador, que da cuenta de ese vínculo y, sobre todo, de cómo después de tres años las autoridades no han tomado decisiones de fondo para dar con su captura ni han desarticulado la estructura que dirige, que tiene nexos con el cartel de Sinaloa.
Fishman señaló en ese momento que fue decomisada media tonelada de cocaína de un barco comercial que provenía de Colombia. Luego de ese pronunciamiento, la inteligencia del Ejército determinó que, desde 2017, la Fiscalía y la DEA capturaron a 12 personas de esa organización que enviaba ocho toneladas de cocaína a Estados Unidos.
También la inteligencia militar, a través de fuentes humanas, logró identificar a la cabeza de esta asociación ilícita: J. A. R. M., alias ‘el Panameño’. Aunque su apodo mafioso alude al vecino país, no es un gentilicio, sino que tiene que ver con su pasado criminal, pues mientras vivió en Medellín era conocido por lavar dinero con mercancía panameña.
Ahora, según el informe reservado del Ejército, vive en un conocido sector residencial de Armenia, a pocos metros del Batallón n.° 8 Cacique Calarcá del Ejército.
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Los seguimientos y testigos que aportaron información afirman que su familia tiene varias viviendas en la zona y que ninguna está a nombre suyo. También lograron establecer que uno de sus socios tiene una oficina en un exclusivo hotel de Armenia, donde funciona una constructora, en la cual estarían lavando dinero del narcotráfico.
Otro de sus hombres de confianza, alias ‘Chorizo’, coordina los envíos de cocaína por el puerto de Buenaventura. De allí llegan a Panamá, donde una conexión del ‘Panameño’ mueve la droga hasta Costa Rica.
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