“Todavía no hay claridad sobre qué tanto riesgo tenemos con la viruela del mono. La probabilidad de que llegue a esta zona es baja y no es tan transmisible como el coronavirus, no es una pandemia. Sin embargo, con la posibilidad de viajar que tienen hoy las personas, eso se convierte en un riesgo latente”.

La frase es de Jorge Iván Marín, médico especialista en microbiología clínica y enfermedades infecciosas. El jefe de cuidados intensivos de la Clínica San Marcel explicó de qué se trata la condición que hoy revoluciona al mundo.

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Del contagio

La principal forma de transmisión, aseguró el experto, pasa por el contacto con las lesiones o vesículas de una persona enferma o por la cercanía con secreciones del infectado, por lo que habría que tener cuidados particulares al tratarlos.

Este que es un caso claro de zoonosis, dijo Marín, tiene un periodo de incubación que va de 5 a 21 días, antes de darse la aparición de los primeros síntomas. Fiebre, dolor de cabeza, crecimiento de los ganglios de todo el cuerpo (adenomegalias), escalofríos y las ya detalladas vesículas son las manifestaciones.

“Estas últimas pueden ser pequeñas o grandes y suelen estar llenas de un líquido claro, que es el que contiene las partículas virales. No se deben romper, porque así hay una alta posibilidad de contagiar a otros”, explicó el médico.

Marín agregó: “Por ahora no hay un tratamiento ingerible o tópico establecido para la viruela del mono. Donde se ha presentado, han hecho un manejo sintomático con acetaminofén, para el dolor y el malestar”.

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De darse una oleada de la viruela del mono, podrían verse más afectados aquellos en los extremos de la vida, llámese niños o adultos mayores; también los que vivan con alguna deficiencia inmune o comorbilidad (con cáncer, VIH, trasplantados, etc).

“Estos pacientes suelen ser mucho más susceptibles a las complicaciones a corto y largo plazo de esta y otras condiciones. Se está investigando cómo funciona frente a esta variante, la vacuna de la viruela actual. Se cree que sí sirva, pero eso está en estudio”.

Con la bioseguridad

El especialista instó a la comunidad en sostenerse en las ya conocidas normas de bioseguridad (uso del tapabocas y lavado de manos), pues ello serviría también ante una posible emergencia con la viruela del mono.

“Debemos seguir usándolo cuando se tengan síntomas respiratorios. El lavado de manos sigue siendo fundamental y efectivo contra la COVID-19 y distintas enfermedades”, especificó el experto.

Marín concluyó que hoy el sistema de salud colombiano tiene cómo afrontar una calamidad de este tipo: “Una de las cosas que nos dejó el COVID-19 es que evolucionamos en estrategias de prevención, contención y reacción. Estamos preparados”.

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Historia

Según el infectólogo Jorge Iván Marín, los primeros brotes de la viruela del mono se detectaron en 1970 en África: “El aumento de la relación entre los animales y el hombre dio lugar a este virus, esto por el contacto estrecho entre ambos y la manipulación de estas especies y posibles lesiones”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya reportó casos de la viruela del mono en España, Reino Unido, Francia, Bélgica, Australia, Italia, Alemania, Canadá, Portugal, Suecia y Estados Unidos.