La mujer y su hijo Omar, quien en ese entonces tenía apenas 4 años, iban en el asiento trasero del vehículo mientras su cuñado manejaba. Al momento del impacto, ella rodeó al niño con su cuerpo para protegerlo del choque, de ahí que él solo resultara con un moretón, informó Daily Mail citando medios locales.
La mujer fue trasladada a un hospital, donde los médicos le diagnosticaron un estado vegetativo, es decir que ella “no respondía por completo, pero podía sentir dolor”, indicó el diario británico.
A ella la conectaron a un respirador artificial y a un tubo de alimentación para mantenerla con vida. Luego de 26 años, el jeque Mohamed bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dhabi, se enteró de esta historia y, conmovido, le hizo una donación a la familia de Munira para ayudar con su tratamiento, agregó el mismo medio.
Munira Abdulla Wakes After 27 Years in Minimally Conscious State https://t.co/OmGVMbc6lc pic.twitter.com/NrLfNwrlzB
— Thaddeus Mason Pope (@ThaddeusPope) April 23, 2019
Gracias a esa subvención, la mujer fue trasladada a Alemania, donde no solo le hicieron varias cirugías para reparar sus músculos, sino que también le dieron medicamentos “para mejorar sus patrones de sueño”, sostuvo el rotativo inglés.
Un año después, en 2018, ella empezó “a hacer sonidos extraños” y, de un momento a otro, llamó a su hijo Omar. “Durante años soñé con este instante, y mi nombre fue la primera palabra que dijo”, manifestó un emocionado Omar, según recogió Daily Mail.
How coma victims like Munira Abdulla survive for years https://t.co/fDeUBOh8If pic.twitter.com/NIGbQM1Lop
— The National (@TheNationalUAE) April 23, 2019
Ahora, aunque Munira aún necesita fisioterapia para aliviar sus músculos, ella ya puede mantener conversaciones con las personas y recitar oraciones, concluyó el medio.
El caso de esta mujer pone sobre la mesa la eterna discusión acerca de la eutanasia y su legalización, pues aquellos detractores dicen que la vida de una persona es intocable y que si hay esperanza, no hay razón para interrumpirla.
En el lado opuesto, hay quienes justifican la eutanasia diciendo que al evitar la interrupción de la vida en un paciente en cuidados paliativos solo se está alargando el sufrimiento de esa persona e, incluso, el de aquellos que la rodean.