Un reportaje de BBC Mundo relata el calvario que vive el único trabajador fijo que tiene Arnold (nombre de la morgue).

El medio británico llama así (Arnold) durante todo el texto al protagonista para proteger su identidad y que no sea castigado por la dictadura de Nicolás Maduro.

Arnold le cuenta a BBC que todos los días sufre por el fuerte olor a peste que expelen los cuerpos muertos que llegan día a día.

Los restos, de hombres, mujeres y niños, se enfrentan a la temperatura ambiente, unos 30 grados centígrados, en promedio, en los que vive Zulia.

“Deberían estar solo unas horas y siempre en frío, pero la mayoría pasa días allí, algunos hasta meses, descomponiéndose bajo el sofocante calor porque nadie se hace cargo y porque las neveras donde deberían estar conservados no funcionan”, detalló.

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Arnold realiza este trabajo “sucio” por 24 dólares a la semana y a pesar que se le nota indignado,  es el único que intenta hacerse cargo de los cuerpos.

Los cadáveres allí no solo se descomponen, sino que también estallan. BBC explica que se debe a la consecuencia cuando los cuerpos ya no pueden contener más los gases y fluidos pútridos acumulados en su interior, conocido como la “fase enfisematosa de la descomposición”.

“La funeraria no se los lleva porque dice que el gobierno no le paga lo que le debe […]. Las familias tampoco pueden pagar ahora con la situación actual lo que cuesta un entierro”, agregó el hombre de 30 años.

Además de que no hay electricidad, tampoco tiene herramientas para hacer su trabajo, por lo cual se ha visto obligado a manipular los cuerpos a “mano limpia”: “No hay electricidad, no hay mascarillas, no hay cloro, no hay desinfectantes, no hay botas, no hay equipos para meterse a las cámaras; no hay nada”.