La única mujer capturada por el escándalo de la petrolera venezolana fue identificada como Johana Torres, quien habría participado en el desvío de cerca de 3.000 millones de dólares a través de ventas paralelas del crudo hechas con criptomonedas, según informó NTN 24.
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Ella era la pareja del exdiputado Hugbel Roa, a quien le preparaba todo el ‘lobby’ de negocios con hermosas mujeres de Venezuela y Colombia, en los más lujosos restaurantes de todo el mundo, incluyendo ciudades como Dubái, donde tenía videos en redes sociales mostrando su extravagante estilo de vida, de acuerdo con el citado medio.
Según la Fiscalía de Venezuela, Torres es señalada de “conformar una estructura delictiva compuesta por una red de testaferros, lobistas, damas de compañía e intermediarios que le permitieron a la pareja [Hugbel Roa] obtener contratos otorgados a dedo por PDVSA“.
¿Quién es la colombiana metida en un escándalo en Venezuela?
En medio de este escándalo, una colombiana está metida en un lío por aparecer bailando en uno de los videos en que se encuentra en Dubái con Torres, a quien en Venezuela conocen como la ‘muñeca de la mafia’ o la ‘reina de las frutas’ por haber aparecido así en una enorme valla en Caracas para promocionar un restaurante.
Se trata de Blanca Arroyo, quien es una diseñadora colombiana que presuntamente se encargaba de hacer los vestidos para Torres y todas las damas de compañía que ella tendría al mando.
Lo curioso del caso es que ‘la muñeca de la mafia’ nunca tapó que vivía en medio de lujos. En su cuenta de Instagram publicaba sus viajes por Dubái y su vida llena de yates, joyas y ropa de marca.
De hecho, en el video que está junto a Arroyo, las dos hacen gestos para imitar el conteo de billetes, mientras la cámara enfoca fajos de dólares y euros, y lo que parecen ser lingotes de oro. Todas se ríen y siguen danzando en la terraza, mientras el aire de Dubái les mueve el cabello, al mismo tiempo que en el fondo suena la canción de Jennifer López que tiene una frase que dice: “Yo quiero, yo quiero dinero”.
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Por aparecer en esta grabación, Arroyo se encuentra en la mira de las autoridades venezolanas y en sus redes sociales en las que publicó el video mandó un mensaje para defenderse de los señalamientos: “Mi trabajo es vestir a las mujeres. No andar chismoseando de dónde sacan la plata”, dijo. Y agregó que no tiene nada que ver con los hechos de PDVSA.
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