
Los estudiantes de primaria y secundaria ya no podrán usar sus teléfonos celulares en las escuelas luego de la aprobación de una nueva ley por el Congreso de Brasil este miércoles. La medida busca mitigar los efectos negativos de las pantallas en la salud y el aprendizaje de los jóvenes.
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Tanto legisladores como padres de familia, además del gobierno liderado por Luiz Inácio Lula da Silva, han promovido esta restricción en los centros educativos.
Actualmente, más del 50% de los adolescentes brasileños entre 10 y 13 años poseen un teléfono móvil, cifra que aumenta al 87.6% en el grupo de 14 a 17 años. Según el Comité Gestor de Internet de Brasil, cerca de dos tercios de las escuelas ya imponen limitaciones al uso de estos dispositivos, aunque solo el 28% aplica una prohibición total.
La nueva legislación, dirigida a estudiantes de entre 4 y 17 años, fue aprobada por el Senado y ahora está a la espera de la sanción presidencial. Según el texto, los celulares estarán prohibidos tanto en las aulas como durante los recreos, con el objetivo de “proteger la salud mental, física y emocional de niños y adolescentes”. Sin embargo, se permitirá su uso en casos excepcionales, como actividades pedagógicas o por motivos de accesibilidad.
Además, las escuelas deberán implementar estrategias para abordar los problemas asociados con el uso excesivo de estos dispositivos. En este sentido, a nivel global, menos del 25% de los países cuenta con leyes o políticas que prohíban los celulares en las escuelas, según datos de la UNESCO.
¿Qué dicen los padres de familia, en Brasil, sobre ley que prohíbele celulares en colegios?
Un sondeo realizado por el Instituto Locomotiva y QuestionPro en octubre reveló que el 82% de los padres brasileños respalda esta medida. Por su parte, el ministro de Educación, Camilo Santana, se ha pronunciado a favor de establecer límites claros:
“Las experiencias a nivel mundial han demostrado que el uso de celulares en las aulas contribuye a déficits de atención”, declaró en noviembre. “El celular ha reducido la socialización; es necesario poner límites”.
La UNESCO también respalda la restricción, afirmando en un informe de 2023 que prohibir los teléfonos móviles en las escuelas puede mejorar el rendimiento académico, especialmente entre estudiantes con bajo desempeño. No obstante, advirtió que limitar el acceso a tecnologías innovadoras podría provocar desventajas en otros aspectos educativos.
A nivel global, menos del 25% de los países cuenta con leyes o políticas que prohíban los celulares en las escuelas, según datos de la UNESCO.
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