El Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (SINCHI) publicó este lunes un estudio que no tiene precedentes. Los investigadores crearon un modelo predictivo hasta el año 2040, que buscaba responder a la pregunta de cuál será el futuro de los bosques de la Amazonía colombiana en distintos escenarios de desarrollo bajo la actual etapa de postconflicto.

(Lea también: Gustavo Petro se trajo regalazo de Suiza: anuncian buen platal para Colombia desde Davos)

El modelo de predicción estudió tres escenarios posibles como rutas de desarrollo para esta región, a los que denominó: tendencial, extractivista y desarrollo sostenible.

En el escenario tendencial es cómo están las cosas actualmente; es decir, que si en 20 años se siguieran teniendo las mismas actuaciones en el territorio y no se implementaran las políticas de control sobre la deforestación y otros factores que afectan la degradación de los bosques, el modelo demostró que si esto continua así se podrían perder al menos 2,1 millones de hectáreas de bosque a 2040.

El siguiente escenario es el extractivista. En este escenario, el modelo predictivo tiene en cuenta una ruta de promoción de políticas que incentivan la ganadería y potencian los monocultivos de soja y otros granos. Si este fuera el caso, en la Amazonía colombiana la deforestación podría impactar 4,3 millones de hectáreas de bosques a 2040. Una superficie similar a la de toda Dinamarca.

Y el tercer escenario es el del desarrollo sostenible, que apunta a la reducción de la ganadería, busca una baja tasa de deforestación e incentivar los acuerdos de conservación, pero también implica la reducción de la violencia y el fortalecimiento del liderazgo ambiental local, y así podría evitarse la deforestación de al menos 3,5 millones de hectáreas a 2040.

¿Cómo lo hicieron?

Los investigadores iniciaron el estudio en 2016 en medio de nuevas dinámicas en el territorio amazónico, debido a la firma del Acuerdo de Paz, entre el Gobierno y las Farc.

Estudiaron las dinámicas de la pérdida de bosque entre 2002 y 2016, tuvieron en cuenta 29 variables especiales, algunas como el clima, la descripción específica del suelo, las prácticas de producción de las comunidades, la degradación ambiental y el límite de las áreas naturales protegidas, entre otras. El método incluyó, también, entrevistas con expertos de la Amazonía, información que enlazaron con el modelo matemático.

El estudio consideró las dinámicas de la pérdida de bosque entre 2002 y 2016 y relacionó esta transformación con un conjunto de variables mediante algoritmos, tales como, redes neuronales, que a su vez permitió crear un modelo explicativo y predictivo.

(Vea también: A Colombia le llegaron los primeros recursos que prometieron para proteger la Amazonía)

Para realizar la validación del modelo, se proyectó un mapa al 2018 y se comparó con uno del mismo año, pero elaborado por el Sistema de Monitoreo de las Coberturas de la tierra de la Amazonía colombiana (SIMCOBA), mismo que crea mapas de coberturas de la tierra a partir de la interpretación de imágenes satelitales Landsat desde el 2002 hasta la actualidad, lo que mostró un nivel del 91% de coincidencia.

Con la investigación el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas le entrega al país un aporte que ayuda a entender el contexto de los bosques de la Amazonía colombiana, esto es importante porque esta región aporta oxígeno y permiten estabilizar el clima de todo el mundo.

Con los resultados de esta investigación se podrían fortalecer los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) de los municipio de influencia y así tomar decisiones responsables para preservar uno de los pulmones del mundo.