Una fuente de la realeza le explicó a la revista Elle que la verdadera razón por la que los duques de Sussex faltaron a la fiesta fue solo una cuestión de agendas, y no porque las esposas de los príncipes se odien, como han querido vender los tabloides ingleses.

Meghan y Harry estaban en su casa de campo en Oxfordshire cuando Kate festejaba con una fiesta privada sus 37 años, el pasado 9 de enero.

El corresponsal real aprovechó para aclarar al medio que aunque Meghan y Kate no son las mejores amigas, tampoco se llevan mal como se quiere hacer creer; simplemente tienen diferentes intereses y amistades.

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“Muchos de los amigos cercanos de Kate son de sus años en Marlborough College y la universidad de St. Andrews, a la que también fue el príncipe William. Por otro lado, muchos de los amigos cercanos de Meghan son de de la universidad Northwestern, Estados Unidos, y Canadá, de cuando grababa la serie ‘Suits’ en Toronto. Por sus diferentes pasados, es perfectamente normal que no tengan el mismo círculo social. No son las mejores amigas, pero no hubo desaires ni dramas detrás de la ausencia de Meghan y Harry en la fiesta de Kate”, se lee en Elle.