Eso luego de que una de las periodistas del programa le preguntara: “¿Cómo va tu fobia con los aviones?”, y ella expresó que, tras 10 años y medio con ella, la tiene superada en un 99,8 %, como se escuchó en la señal en vivo de Canal 1 de este martes.

Luego la presentadora contó, con un toque de exageración, todo lo que probó para quitarse el miedo a volar, antes de dar con la solución de los libros eróticos.

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“Hice de todo. Mira, gorda, a mí lo que me dijeran: ‘Déjate morder por una anaconda’, yo me dejaba morder; constelaciones familiares; psiquiatra; psicóloga; bioenergético; homeopático, rotupático; ‘raki’; yoga; ‘ruki’; mejor dicho, porque la verdad ya estaba muy desesperada. Yo me tomaba todos los aceites botánicos, pastillas, pero yo no quería eso, yo me quería montar en un avión sin tomarme nada”, manifestó.

Al final, Mabel también aseguró que todo eso le sirvió para luchar contra su fobia, pero lo que más le ayudó fue Dios y los mencionados libros, a los que llegó por un consejo de que debía “desconectar la parte visual-auditiva para no estar como metida en el vuelo y los ruidos”, narró en el medio.

“Entonces, empezaba a ponerme música a todo timbal, por lo general pongo Silvestre Dangond en todo su esplendor. Y léete un libro que te mantenga superconcentrada. Yo empecé a leerme los libros eróticos, mi amor; eso turbulencia, y yo hacía: ‘Ándale, Dios mío’, ‘Virgen Santa’… feliz. Ese es un tip que les dejo ahí para que lo pongan en práctica [risas]”, puntualizó.