“En Colombia, por lo general, la gente sólo mira las etapas de montaña, pero, este año, creo que se interesarán también por las etapa llanas”, vaticinó Gaviria… antes de que comenzase la etapa.

Pronóstico cumplido. Y es que su victoria de este sábado tiene un valor añadido. Pocos corredores pueden presumir de lograr un triunfo de etapa y de enfundarse el maillot amarillo de líder en su estreno el Tour de Francia. El último fue Fabián Cancellara en 2004.

Gaviria lo logró convirtiéndose además en el segundo ciclista de su país en vestir de amarillo en la carrera más prestigiosa del mundo.

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“Un día increíble, nadie puede estar más feliz que yo”, comentó exultante el joven velocista antioqueño de 23 años.

Pero su triunfo en Fontenay-le-Comte no es una sorpresa a pesar de su juventud y su falta de veteranía en estas lides.

Sucesor de Peña

Gaviria debutó el año pasado en una carrera de tres semanas en el Giro de Italia, con un balance de 4 triunfos parciales en otras tantas llegadas al esprint, lo que le permitió liderar la clasificación por puntos de la ronda italiana.

El domingo partirá de Mouilleron-Saint-Germain como primer líder de la edición del Tour de Francia 2018, enfundado en un maillot amarillo que solo un compatriota pudo vestir en toda la historia, Víctor Hugo Peña, en la edición de 2003. Ya en el Giro se vistió de rosa, convirtiéndose en el cuarto colombiano en hacerlo.

“Ya hablé con él”, confesó Gaviria. “Víctor Hugo es un gran nombre del ciclismo colombiano”, añadió.

Antes que él, Rigoberto Urán, Nairo Quintana (ganador de la prueba en 2014) y, el año pasado, Esteban Chaves, han vestido la prestigiosa prenda rosa italiana que reconoce al líder de la segunda prueba por etapas más importante del calendario ciclista.

Si Gaviria no responde al canon de corredor colombiano, de escasa estatura y experto cuando la carretera apunta al cielo, con sus 1,80 metros ya da muestras asimismo de ser un corredor diferente en el pelotón.

Un corredor diferente

Con una poblada barba poco frecuente entre los corredores, no es ajeno a los problemas políticos en su país. Apodado a veces ‘El Misil’, siempre se mostró contrario a ese apelativo. “No me gusta este apodo porque hace referencia a la guerra”, afirmó en el pasado.

“Colombia es ya un país criticado por la guerra, las armas, el conflicto armado. En el deporte tratamos de cambiar esta visión. Colombia es un país como los otros, no es un país del Tercer Mundo”, explicaba.

Pero Gaviria lleva el ciclismo en la sangre. Su padre, José Hernando, ya fue ciclista en ruta, y su hermana Juliana y su cuñado Fabián Hernando destacan en el ciclismo en pista, una disciplina que marcó los comienzos de Gaviria, en la que llegó a ser campeón del mundo en dos ocasiones.

A sus 23 años, Gaviria cuenta con 33 triunfos en su palmarés, con apenas tres temporadas en el pelotón profesional. Sus cualidades se hicieron visibles al imponerse en la Vuelta a San Juan con 20 años.

Gaviria ya ha hecho historia para su país en este Tour, pero si algo le caracteriza, como a los grandes campeones, es su ambición por seguir sumando triunfos. En la ronda francesa dispone con el potente Quick-Step puesto a su servicio.

Aún quedan 20 etapas por delante, muchas de ellas planas, para que Colombia se pegue al televisor con la esperanza de volver a ver ganar a su campeón inesperado.