Las SSO son fabricadas a partir de agua pura y cloruro de sodio mediante un proceso de producción llamado electrólisis; un proceso sencillo, pero que requiere mucha atención en el detalle para que el resultado sea una solución estable, sencilla de usar y que elimine impurezas de la piel.

El proceso de producción puede variar, lo que hace que existan varios tipos de estas soluciones diferenciadas por su pH y la concentración de cloro que contienen.

Por ejemplo, las SOS con pH acido (pH entre 2 y 4) y más de 500 ppm de cloro libre, que, aunque son antimicrobianos eficaces, pueden ser irritantes para la piel y mucosas, así como manchar la piel y decolorar la ropa en caso de entrar en contacto con ella.

Existen también las soluciones de superoxidación alcalinas (pH > 9.0) y menos de 80 ppm de cloro libre activo, que son menos activos contra los gérmenes, en especial contra los virus.

Para ser efectivas requieren estar en contacto con la piel por más tiempo generando mayor posibilidad de irritación en piel y mucosa, lo que dificulta su uso práctico.

Optimizando la fabricación de las SOS, se obtuvieron las soluciones de pH neutro (entre 6.2 y 7.8) y entre 80 y 100 ppm de cloro libre activo. Estas no manchan la piel, ni las mucosas y no son irritantes lo que facilita su uso en piel delicada, y no daña tejidos sanos.

Además, estas destruyen en el proceso al 99.9% de los microorganismos que pueden alojarse en la piel, tales como virus y bacterias.

Es decir, que las soluciones superoxidades son perfectas para cuando usted haga su proceso de limpieza para la prevención del COVID-19. Los productos que tienen esta tecnología son muy útiles, sobre todo, para los profesionales de la salud, como se puede ver en el siguiente post: