Sin embargo, las cifras demuestran que los comentarios que circulan en las redes sociales o que repite la gente en la calle no son más que mitos.

A continuación encuentre las frases más repetidas sobre este tema y la pertinente explicación:

 

Mito: “Esta Administración es la que más ha talado árboles”

 

Realidad:

Durante esta Administración se han talado 14.076 árboles, según datos del Jardín Botánico de Bogotá, y en promedio hay ocho plantados por uno talado. En total se han plantado 243.818, lo que convierte a esta administración en la que más árboles ha sembrado.

Mito: “El alcalde está haciendo negocio con la tala de árboles”

 

Realidad:

Los residuos de las intervenciones se disponen de conformidad con la normatividad vigente, esto es artículo 19 del Decreto 531 de 2010.

El Jardín Botánico astilla parte del material vegetal producto del manejo, cuyo material transformado se ha utilizado como acolchado en el plato de los árboles jóvenes, mejorando las propiedades físicas del sustrato de plantación.

El manejo silvicultural del arbolado en riesgo del espacio público urbano es una actividad necesaria que se realiza a nivel mundial, tanto es así que se ha desarrollado por parte de todas las administraciones de la ciudad de Bogotá.

Lo que explica que la administración Distrital no tiene ningún negocio con la tala de árboles en la ciudad.

Mito: “La tala de árboles es injustificada”

 

Realidad:

Es importante precisar que el manejo del arbolado en riesgo que se realiza en la ciudad de Bogotá, por parte del Jardín Botánico, se efectúa de conformidad y en observancia a la normatividad vigente a nivel nacional y distrital.

Antes de talar un árbol, un equipo de profesionales forestales y biólogos revisa y evalúa el arbolado de Bogotá para determinar si está en buenas condiciones físicas, sanitarias; si está prestando los servicios ecosistémicos adecuados, no solo para la avifauna, sino también para la ciudadanía; y si se encuentra a una interdistancia correcta de los otros árboles, para garantizar que sus raíces se desarrollen óptimamente y no compitan con los demás árboles por nutrientes.  

Mito: “Están deforestando Bogotá”

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Realidad:

Es importante aclarar que una tala no es igual a deforestación. Las talas, siempre y cuando sean de manera sostenible y sustentable, deben ser compensadas.

En ese sentido, por cada árbol talado en Bogotá, se han plantado ocho nuevos. 

Mito: “Esta Administración no protege los árboles de la ciudad”

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Realidad:

Uno de los objetivos fundamentales de la actual Administración consiste en fortalecer el paisaje urbano por medio de la planificación, gestión e intervención integral de la malla verde urbana para potenciar los servicios ecosistémicos y contribuir a la calidad ambiental del distrito, generando impacto visual y paisajístico.

Es así como esta Administración ha desarrollado 14 tipos de actividades de mejoramiento y manejo integral de las coberturas vegetales urbanas de la Ciudad de Bogotá, según datos del Jardín Botánico de Bogotá.

Mito: “En Bogotá hay menos árboles por habitante, según lo establecido por las autoridades ambientales”

 

Realidad:

De acuerdo con el Sistema de Información para la Gestión del Arbolado Urbano SIGAU, Bogotá cuenta con 1.27 millones de árboles urbanos localizados en espacio público de uso público, y 877.266 árboles en espacio privado, según un censo realizado por la Secretaría Distrital de Ambiente, a lo que se suma el arbolado ubicado en cerros orientales y cerros de Suba que se estima en cerca de 2.5 millones de árboles, lo que representa un indicador de 1.72 habitantes por árbol.

Sin embargo, es importante aclarar que no existe un estándar nacional o internacional establecido formalmente, solo el dato presentado por el Ministerio de Ambiente de San Luis – Argentina que referencia que, según la OMS, las ciudades deben contar como mínimo con 1 árbol por cada 3 habitantes.

Mito: Los árboles que están talando son nativos de Bogotá”

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Realidad:

La mayoría de los árboles generadores de riesgo que se intervienen corresponden a especies exóticas, que presentan mayor riesgo de volcamiento, como es el caso de los Eucaliptos, Acacias, Pinos, Cipreses y algunos Cauchos.

Lo anterior, debido a que tienen una altura que puede superar hasta los 20 metros, dejándolos vulnerables ante la fuerza de los vientos.

Estas especies, caracterizadas por tener follaje muy denso y crecer de forma inclinada, son inestables, pues no presentan un buen sistema radicular de anclaje, lo que genera que al haber mucho viento se caigan.

Ante esto, cabe aclarar que el roble, nogal, guayacán de Manizales, caucho sabanero, palma de cera, cedro, chicalá, yarumo, pino romerón, sietecueros y caucho Tequendama, son algunas de las mejores especies nativas para plantar en Bogotá.

Mito: “Todos los árboles plantados deben ser nativos de Bogotá”

 

Realidad:

Si bien es cierto que los ecosistemas nativos requieren árboles nativos, ni los separadores viales ni los parques urbanos, donde los árboles están expuestos al concreto, la polución, el ruido y demás, constituyen un ecosistema nativo: son ecosistemas urbanos. Por lo tanto, se requiere plantar especies introducidas que soporten las condiciones de estrés urbano al que están sometidos, como el liquidámbar.

Mito: “La Administración está obligada por ley a concertar con la comunidad la tala”

 

Realidad:

Las normas que rigen los procesos de tala y reforestación en Bogotá, entre los que se incluyen el Decreto 531 de 2010 y el Decreto 383 de 2018, así como el Manual de Silvicultura del Jardín Botánico de Bogotá, exigen una socialización del proceso, mas no una concertación con la comunidad.

Sin embargo, la Alcaldía de Bogotá socializa con la comunidad del entorno siempre que tiene que hacer una tala.

Por último, es importante resaltar que entre 2016 y 2018 se reportaron 3988 emergencias por árboles caídos, según datos de Bomberos Bogotá. Estas emergencias pueden ser de diferente índole como lluvias, vientos, o inclinaciones extremas.

Así que debido a estas emergencias, la Alcaldía ha intensificado las evaluaciones del arbolado de la ciudad, tanto para los que están en espacio público como los que se encuentran en predios privados, para así garantizar la seguridad de la ciudadanía.