Qué es anhedonia, razón muy severa (y urgente) de por qué una persona deprimida no puede llorar

Bienestar
Tiempo de lectura: 6 min
Escrito por:  Óskar Ortiz
Actualizado: 2025-09-08 16:00:12

A pesar de que pase desapercibido, hay una incapacidad que se puede convertir en una auténtica pesadilla en caso de no identificarla a tiempo.

Hay situaciones personales e íntimas muy delicadas que se pueden convertir en una auténtica amenaza para la salud mental, un tema que parece pertinente revisar con mucho cuidado para que no avance.

La anhedonia es un síntoma que está dentro de la depresión, al punto que desemboca en una particularidad que se llega a convertir en una pesadilla dolorosa que afecta al interior.

No es solo el exterior, sino que el cerebro siente el golpe y, precisamente, es por eso que resulta necesario ahondar para entender los riesgos que hay detrás de un tema del que poco se ha hablado.

¿Por qué una persona deprimida no puede llorar?

Aunque en muchos casos asociamos la depresión con el llanto frecuente, para algunas personas con depresión severa, llorar puede volverse extremadamente difícil o incluso imposible, por varias razones emocionales, fisiológicas y sociales.

  • Depresión melancólica y anhedonia: en los tipos más profundos de depresión, como la melancólica, puede existir un sentimiento de vacío emocional, ausencia de reactividad frente al entorno y lentitud psicomotora. Estas personas pueden sentirse desconectadas de sus emociones, lo que dificulta la producción de lágrimas. La anhedonia, o incapacidad para experimentar placer, puede acompañar esta falta de expresión emocional; incluso el llanto, que suele ser un desahogo, deja de estar disponible.
  • Embotamiento o entumecimiento emocional: la depresión, especialmente cuando es profunda, puede causar un “embotamiento emocional”, donde la persona siente poco o nada, aunque internamente atraviese un sufrimiento intenso. Este estado de neutralidad emocional impide que fluya el llanto, incluso ante situaciones que normalmente lo provocarían. Asimismo, los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), a menudo generan efectos secundarios como esta atenuación afectiva o ‘emotional blunting’, reduciendo la capacidad de reaccionar emocionalmente, incluido el llanto.
  • Represión o condicionamiento emocional: algunas personas fueron educadas para reprimir sus lágrimas desde la infancia, por creencias culturales (“los niños no lloran”) o por entornos emocionales restrictivos. Con el tiempo, esa represión se automatiza, bloqueando la respuesta natural al llanto.
  • Desconexión emocional (alexitimia): la alexitimia es un rasgo caracterizado por la incapacidad de identificar, procesar y expresar emociones. Las personas con este patrón pueden experimentar emociones de forma difusa o inespecífica, lo que impide la manifestación típica del llanto.
  • Bloqueos fisiológicos o condiciones médicas: existen afecciones como el síndrome de Sjögren o el síndrome del ojo seco, que afectan las glándulas lagrimales y dificultan materialmente la producción de lágrimas, independientemente del estado emocional.

La anhedonia puede ser causada por trastornos mentales como la depresión mayor, el trastorno bipolar, la esquizofrenia o el estrés postraumático. También puede derivarse de alteraciones neuroquímicas, especialmente en los niveles de dopamina y serotonina, o por uso de sustancias y algunos medicamentos psiquiátricos. El trauma emocional, el aislamiento social y enfermedades neurológicas también son factores contribuyentes.

¿Por qué es peligrosa la anhedonia para la salud?

La anhedonia, definida como la incapacidad o notable reducción para sentir placer o disfrutar de actividades antes gratificantes, es más que un síntoma psicológico: conlleva serias repercusiones en la salud física, emocional y social. Estas son algunas de las razones por las que representa un riesgo considerable:

  1. Impacto en la salud mental y pronóstico de depresión: se considera uno de los síntomas centrales de la depresión mayor. La anhedonia se asocia con una deteriorada respuesta al tratamiento antidepresivo, una peor evolución clínica y un mayor riesgo de autoagresión contra la vida. Además, predice un menor funcionamiento psicosocial, incluso cuando otros síntomas depresivos mejoran, lo que afectaría la calidad de vida a largo plazo.
  2. Empeoramiento del funcionamiento cotidiano y calidad de vida: las personas con anhedonia experimentan una disminución en la motivación, dificultad para planificar o ejecutar actividades, y aislamiento social pronunciado, lo que subleva su calidad de vida global. Un metaanálisis reveló que quienes presentan anhedonia en el contexto de depresión grave muestran marcado deterioro en su calidad de vida y funcionamiento físico, psicológico y social
  3. Riesgos contra la vida y relacionados con la autolesión: la anhedonia está fuertemente vinculada con ideas de autoagresión, intentos y muerte por esa razón, especialmente en personas con trastornos como PTSD o depresión mayor.
  4. Repercusión en la salud física: la falta de placer y motivación puede traducirse en un estilo de vida sedentario, con menos ejercicio y autocuidado. Esto puede derivar en ganancia de peso a largo plazo, aumento de marcadores cardiometabólicos (como colesterol LDL), y debilitamiento del sistema inmunitario. También se han asociado con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y deterioro cognitivo en edades avanzadas, incluyendo demencia.
  5. Mayor vulnerabilidad a conductas perjudiciales: al no recibir satisfacción de actividades saludables, la persona podría buscar placeres inmediatos o conductas adictivas como respuesta: consumo de sustancias, comida compulsiva o conductas de dependencia.
  6. Desconexión social y emocional: la anhedonia social reduce el interés y disfrute en las interacciones humanas, causando soledad, deterioro de las relaciones íntimas y pérdida de redes de apoyo, elementos esenciales para una salud mental robusta.

¿Cómo identificar, prevenir y qué hacer contra anhedonia?

La anhedonia se manifiesta como pérdida persistente de interés o placer en actividades que antes eran gratificantes, junto con desconexión emocional, retraimiento social y baja motivación. Aunque no es totalmente evitable, se pueden aplicar estrategias que fortalecen el sistema de recompensa del cerebro:

  • Reducción del estrés, buena higiene del sueño y manejo de la inflamación (ej. dieta antiinflamatoria, meditación).
  • Actividad física regular, con al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado como caminar o nadar.
  • Conexión social y experiencias nuevas, como mantener contactos regulares y explorar nuevos pasatiempos.

¿Qué hacer si se siente anhedonia?

  • Buscar ayuda profesional: psicoterapia (como TCC o activación conductual) y, si aplica, medicamentos bajo supervisión médica.
  • Implementar cambios en estilo de vida: ejercicio, descanso adecuado, alimentación saludable y actividades significativas (aunque no causen placer inmediato).
  • Pequeños pasos diarios: planificar pequeñas actividades agradables, incluir momentos conscientes y socializar con otros, incluso cuando sea difícil.

 

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