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Video de Beéle con Isabella Ladera: revelan imágenes que los dejan expuestos
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El pasado 6 de julio, un soldado británico que hacía prácticas en Camp Roberts, cerca de Los Ángeles, EE. UU., tuvo un percance casi fatal con su paracaídas.
El problema fue que el paracaídas no abrió por completo, lo que hizo que el hombre cayera con más velocidad de lo normal y no tuviera control de dónde caer, y en este caso el cálculo le dio para aterrizar sobre el techo de tejas de una vivienda, a la que la entrada del hombre le dejó un boquete, como se aprecia en las siguientes imágenes:
Las imágenes también muestran al soldado, que cayó dentro de la cocina de la casa que, por fortuna, no estaba ocupada en el momento del incidente, según informa el portal Gizmodo.
El medio dice que el paracaidista no tuvo heridas graves y que ya se está recuperando de la fuerte caída, que se produjo durante un ejercicio conocido como High Altitud Low Opening, HALO.
Gizmodo señala que este tipo de salto es utilizado por los militares a fin de “insertar tropas y equipos en entornos hostiles, e implica caer desde altitudes tan altas como 12.000 metros, para luego únicamente abrir el paracaídas a unos 900 metros antes de llegar al suelo”, lo que permite una caída más rápida para reducir la posibilidad de que el paracaidista sea detectado.
En este caso, el paracaídas principal del soldado no se desplegó, por lo que tuvo que utilizar el de reserva, que finalmente le salvó la vida.
El medio cita que la caída libre más larga en la que se sobrevivió un hombre sin paracaídas ocurrió el 26 de enero de 1972.
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