Santa Marta apuesta por desalinización: arranca construcción de plantas para enfrentar crisis de agua

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Santa Marta inicia la construcción de plantas desalinizadoras para enfrentar su histórica crisis de agua.

La reciente inspección de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios (Superservicios) a la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta (Essmar E.S.P.) ha dejado en evidencia un avance clave en la solución al histórico problema de suministro de agua potable en la capital del Magdalena: el inicio de la construcción de plantas desalinizadoras. De acuerdo con el artículo original, se estima que Santa Marta presenta un déficit de 600 litros por segundo en la oferta de agua potable, cifra que refleja la presión constante sobre los sistemas existentes, exacerbada por el rápido crecimiento poblacional, superior a 500 mil habitantes, y las variaciones climáticas que afectan las fuentes tradicionales.

La principal apuesta se centra en una planta desalinizadora de 500 litros por segundo, complementada por una planta secundaria en el corregimiento de Taganga, con capacidad de 150 litros por segundo. Esta decisión coloca a Santa Marta en el mapa de las ciudades latinoamericanas que están recurriendo a tecnologías de desalinización, en medio de una crisis hídrica regional que, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), requiere respuestas innovadoras y sostenibles ante la reducción de caudales, el aumento de la contaminación y el impacto creciente del cambio climático sobre los recursos de agua dulce.

Con una inversión cercana a 55 mil millones de pesos colombianos, el proyecto abarca también obras complementarias como la conducción El Roble, cuyo objetivo es ampliar el caudal disponible, y la modernización integral de la Planta de Tratamiento de Agua Potable Mamatoco. De acuerdo con la Universidad Nacional de Colombia y la Corporación Autónoma Regional, la actualización de la infraestructura hidráulica es crítica para soportar los retos derivados del avance del mar sobre fuentes de agua dulce, la salinización y los periodos de sequía prolongados, factores especialmente críticos en ciudades costeras como Santa Marta.

Esta estrategia integral se desarrolla bajo la coordinación de entidades como el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, y el Departamento Nacional de Planeación (DNP), reforzada por la supervisión de Superservicios. Según expertos citados por El Espectador, la articulación interinstitucional garantiza transparencia, continuidad y sostenibilidad financiera del proyecto, reduciendo los riesgos administrativos y asegurando la apropiada gestión de los recursos tras la etapa de construcción.

El presidente de Superservicios, Felipe Durán Carrón, ha hecho énfasis en la importancia del seguimiento gubernamental y el papel que debe cumplir la comunidad, no sólo en la aceptación de la nueva infraestructura sino en su protección y uso racional. Las autoridades de Santa Marta han señalado además su compromiso con la adopción de tecnología avanzada en las plantas desalinizadoras, lo que permitirá minimizar el consumo energético y manejar de forma responsable la disposición de las salmueras resultantes, tal como sugieren publicaciones de Water Research y experiencias internacionales presentadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En el contexto actual, donde el acceso al agua potable es reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un derecho humano fundamental, la decisión de Santa Marta va más allá de una mejora técnica: busca consolidar un modelo resiliente frente a la emergencia climática y la creciente demanda social. En este sentido, la experiencia podría convertirse en referente nacional y regional de gestión hídrica sostenible y adaptación climática en territorios costeros bajo presión.

¿Qué es una planta desalinizadora? La planta desalinizadora es una instalación industrial que convierte el agua salada, proveniente generalmente del mar, en agua potable mediante procesos físicos y químicos, comúnmente la ósmosis inversa. La relevancia de estas plantas radica en su capacidad para suplir la demanda de agua en regiones donde las fuentes tradicionales son insuficientes o están gravemente afectadas por problemas ambientales. En el caso de Santa Marta, su construcción responde a la urgencia de garantizar el acceso seguro y permanente a agua potable en un contexto de alta variabilidad climática y presión demográfica.

¿Cómo se minimizarán los impactos ambientales de la desalinización? Las plantas desalinizadoras pueden conllevar riesgos ambientales, especialmente asociados al aumento de consumo energético y la disposición de residuos salinos al mar. El artículo consultado destaca que, para enfrentar estos retos, las autoridades y Essmar han afirmado su compromiso con el uso de tecnologías de última generación, orientadas a reducir el gasto de energía y asegurar el manejo adecuado de la salmuera. Siguiendo recomendaciones de expertos e instituciones internacionales, se busca que la operación de estas plantas sea compatible con la protección de los ecosistemas marinos que rodean a Santa Marta.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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