Forenses entregan nuevos detalles del caso de Juan Sebastián Aguilar; disparo fue certero

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Según los primeros informes, un francotirador se coló por los senderos aledaños al conjunto residencial y se ubicó en la montaña trasera donde nadie lo veía. Desde allí vigiló a Aguilar y, cuando estaba en la puerta de su casa, le disparó, explicó El Tiempo.

Aguilar, figura importante del sector esmeraldero de Boyacá, recibió un disparo en la espalda. Sus 12 escoltas corrieron a auxiliarlo y lo trasladaron aún con vida a la Clínica Los Cobos. Sin embargo, murió en el camino.

Este jueves, casi 24 horas después del crimen, la Fiscalía 508 de la Unidad de Vida de Bogotá entregó el informe de la inspección al cadáver del popular esmeraldero, que trabajó con el extinto zar de las esmeraldas Víctor Carranza. 

“Masculino, 58 años. Oficio de comerciante de empresas de seguridad. La central impulsa un caso de lesionado con arma de fuego, al parecer, un francotirador, llega a la clínica Cobos. Lesión de tórax con herida de entrada y salida. Fallece a las 18:28 horas”, se lee en el informe, citado por El Tiempo.

De acuerdo con el rotativo, el francotirador solo usó un proyectil para acabar con la vida de Aguilar. La bala le atravesó varios órganos causándole una hemorragia interna, explicaron los forenses.

Cómo fue el asesinato de Juan Sebastián Aguilar en Bogotá

Aunque el caso está en investigación, se conoció que el asesino logró ubicarse en un punto estratégico luego de cruzar los senderos Camino del Indio y Camino de la Serranía, en los Cerros Orientales. En esa ubicación esperó y disparó cuando Aguilar descendía de su camioneta blindada. 

El francotirador, según las versiones que manejan las autoridades, sabía que no podían burlar los tres anillos de seguridad y el esquema de protección compuesto por 12 hombres, por lo que accedió al conjunto desde los cerros.

También se conoció que al momento del ataque Aguilar estaba con su esposa, dos hijos y un nieto. Llegaban de presenciar una misa.

Este homicidio puso en alerta a las autoridades y al gremio de las esmeraldas, puesto que se teme una nueva guerra verde, similar a la de los años 80 y 90. Además, hay dudas si existe relación con su otro trabajo, pues era dueño de Seguridad Oriental Ltda., encargada de los esquemas de seguridad de varios esmeralderos y minas, y con contratos con diversos municipios, la CAR y el Distrito Capital, explicó el periódico.

El asesinato de Aguilar no fue el primer intento de acabar con su vida. En octubre de 2023 fue blanco de un atentado en el que dos proyectiles de fusil pasaron a escasos centímetros de su cabeza.