La historia de uno de los criminales más temidos del país, quien sembró el terror por más de 15 años, es conocida por muchos colombianos debido a la crueldad con la que asechaba y mataba a sus víctimas.

(Vea también: David Murcia contó que Garavito es su vecino de celda y que le hace escabrosas confesiones)

Luego de ser condenado a más de 40 años de cárcel —confesó sus crímenes en 1999—, el despiadado asesino ha sido entrevistado en algunas ocasiones y ha contado cómo engañaba a sus víctimas para después quitarles la vida.

Uno de los últimos diálogos lo tuvo con el periodista Rafael Poveda, quien después de entrevistarlo escribió un libro titulado ‘Tras la sombra de Garavito’, en donde relata el peor lado del pedófilo más temido de Colombia.

Qué reveló Rafael Poveda de Luis Alfredo Garavito

Este miércoles, el periodista contó en el programa ´Lo sé todo´ la experiencia que vivió al estar frente al despiadado criminal. De hecho, dio una descripción del tipo de persona que es.

“Era una persona muy hábil, una persona como esos culebreros que sabe convencer a la gente”, dijo inicialmente en el programa del Canal Uno.

De acuerdo con Poveda, que entrevistó a Garavito —que padece leucemia y cáncer en un ojo— durante 20 horas en la cárcel de Valledupar, sus métodos de engaño lo llevaron muchas veces a disfrazarse para pasar desapercibido.

“Vendía estampitas del Niño Jesús en los colegios para acercarse a los niños. Se disfrazaba de todo, hasta de sacerdote. Se hacía pasar por mendigo y por una persona enferma. Nos lo mostraba con tal realismo que decíamos: ‘Esta historia hay que contarla’”, agregó el periodista en su relato.

Lee También

Asimismo, narró la historia de cómo Garavito logró raptar a dos niños que estaban junto a su madre en una movilización y de los cuales se perdió el rastro para siempre.

“En una manifestación política en un pueblo iba una mamá y una hijita al lado izquierdo, cogiéndola de la mano, y un niñito pequeñito, de unos seis o siete años, que él fue acechándolos. Por alguna razón, la mamá los soltó y los soltó para siempre: se los llevó Garavito, nunca los volvió a ver”, narró Poveda.

Por último, Rafael Poveda señaló que ese diálogo fue el más difícil que sostenido durante más de 40 años de periodismo debido a los crudos relatos que entregaba el criminal.