Uno de esos analistas es Luis Carlos Vélez, que, en su columna de El Espectador, sostiene que las imágenes en las que se ve a Petro recibiendo fajos de billetes “significa desde ya una indeleble impronta que permanecerá sobre la imagen del ahora senador”.

Para Vélez, cada vez que quieran golpear las intenciones presidenciales de Petro, “acudirán a la foto del momento en que se le ve contando efectivo en una escena clandestina de luz baja, propia, así no lo sea, de una conducta ilegal. A la revelación de este documento visual vendrán investigaciones y actuaciones de la justicia que mantendrán viva la oscura imagen durante los años por venir”.

Eso “se convertirá en una piedra cada vez más grande en el zapato del exalcalde de Bogotá, que ha construido su camino político en la lucha contra de la corrupción y que ahora, paradójicamente, se ve acorralado por una escena que lo enmarca como alguien igual a quienes critica”, agrega Vélez en su columna, en la que también asegura que a otro al que se le desinflan las aspiraciones presidenciales es al fiscal Néstor Humberto Martínez por cuenta del escándalo de Odebrecht.

El artículo continúa abajo

Un panorama aún más catastrófico para Petro, políticamente hablando, lo pinta un análisis de El Nuevo Siglo, según el cual el escándalo, si bien podría sacar fortalecido al exalcalde de Bogotá, “también podría ser el fin de su carrera política”.

“Alrededor de este escándalo se han movido los más delgados hilos a favor y en contra del excandidato presidencial de izquierda que logró 8 millones de votos cabalgando en la batalla de la lucha contra la corrupción”, agrega ese medio, pero advierte: “Es claro que el video […] significa para el exalcalde capitalino el más duro golpe a su credibilidad política”.

Las fuentes consultadas por el diario coinciden en que este “es el peor momento que atraviesa el dirigente de izquierda que ha logrado llegar más lejos, pues independiente de que logre salir avante en las investigaciones penales, el escándalo del video, necesariamente, se lo van a sacar a relucir en futuras contiendas electorales”.

Aunque el congresista Samuel Hoyos, del Centro Democrático, recuerda en una entrevista con María Isabel Rueda, en El Tiempo, que “Petro es un personaje al que se le perdona todo y quien se victimiza por todo. Si las autoridades lo sancionan, es una persecución política. Si la justicia actúa en su contra, es una persecución política”.

“Él se victimiza, pero no tiene la capacidad de responder ante las autoridades cuando queda en evidencia. Acá no puede alegar que haya una persecución política. Hay un hecho, y él tiene que responder por ese hecho. Si a Petro lo indultaron o lo amnistiaron por sus actuaciones como terrorista del M-19, de ahí para adelante no lo cobijan indultos o amnistías por sus nuevas acciones”, agrega Hoyos.