Según la propuesta, que ya está en manos de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), la reserva pasaría de ser “productora” a “protectora” y un 80 % sería pública, explica la Alcaldía:

“Esto significa que, en lugar de ser un bosque privado productor de frutos, será un bosque público con ecosistemas donde las personas podrán tener acceso a la naturaleza, disfrutar de ella y protegerla”.

El documento oficial, resultado de 14 meses de estudios, promete “respeto ambiental” y “conectividad ecológica”, y sostiene que actualmente “la reserva (como está planteada) está por hacerse” y asegura que apenas el 7,8 % del terreno es de conservación.

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En un breve video, el secretario de Planeación del Distrito, Andrés Ortiz Gómez, asegura que no se va a edificar en la reserva. Palabras que contrastan con las imágenes de diseño publicadas en el sitio web de la Alcaldía.

“La propuesta” / Alcaldía Mayor de Bogotá

De inmediato, la propuesta recibió numerosas críticas, tanto de reputados ambientalistas como de ciudadanos del común.

El profesor emérito de la Universidad de los Andes Manuel Rodríguez, por ejemplo, sostiene que la ‘nueva Van Der Hammen de Peñalosa está llena de “mentiras e inexactitudes […] con el fin de justificar su proyecto de urbanizarla”:

El investigador en biología de conservación y educación medioambiental Oswaldo Cortés expresó que la reserva ya es un “territorio de conectividad” y opina que peñalosa “desinforma”.

A las críticas se suma el concejal Manuel Sarmiento, quien recuerda que varios de los propietarios de terrenos de la reserva financiaron la campaña del alcalde Enrique Peñalosa:

El Twitter oficial de la Alcaldía también recibió numerosas voces de rechazo: