Por: EL PILON SA

Noticias sobre Valledupar, el Cesar y el vallenato: artículos, videos, fotos y el más completo archivo de noticias de Colombia y el mundo en El Pilón.

Este artículo fue curado por Leonardo Olaya   Nov 27, 2023 - 4:43 am
Visitar sitio

El pasado 31 de octubre, Andrés Torres y Yecika Paola Ditta ingresaron al Hospital Regional San Andrés de Chiriguaná con la esperanza de ser padres por primera vez.

Luego de 9 meses, Yecika estaba lista para dar a luz a Abraham David Torres Ditta, su primogénito. Ambos estaban nerviosos, pero sobre todo ilusionados. En casa ya estaban listos para recibir a Abraham. Sin embargo, la ilusión terminó en tragedia.

(Vea también: Niña cayó de sexto piso en Bogotá y milagrosamente sobrevivió; cuidadores la dejaron sola)

Sobre las 8:30 de la noche del martes 31 de octubre ingresaron al Hospital. Yecika ya había roto membranas (o fuente, como popularmente se le conoce) y estaba perdiendo líquido amniótico. “El médico le hace un tacto vaginal y dice que estaba de 2 para 3”, cuenta Andrés Torres a EL PILÓN. De 2 a 3 centímetros es una fase del trabajo de parto en la que el cuello uterino empieza a hacerse más delgado y se dilata.

Según el testimonio, Yecika no tuvo atención durante la noche del 31 de octubre, sino hasta la mañana del día siguiente, primero de noviembre. Sobre las 11 de la mañana llegó el ginecólogo. 

Yecika le habría pedido al ginecólogo que le realizara la cesárea porque ya llevaba varias horas botando líquido. “En vez de programar la cirugía y hacerme la cesárea, por los antecedentes, decide darme una pastilla para motivar la dilatación. Mi cuñada le dice: ‘Doctor, pero mire, ella está perdiendo líquido, por qué no le hace la cesárea’, a lo cual él responde con voz grotesca e imponente: ‘Aquí mando yo, yo soy el que decide a quién le hago la cesárea y quien pare’”, aseguró Yecika en el relato presentado ante la Fiscalía General.

Sobre las cinco de la tarde del primero de noviembre le hacen un último monitoreo fetal y Yecika es subida a otra sala. A eso de las seis de la tarde es recibida por un médico general. Una hora después, dice la pareja, el médico optó por darle otra dosis de misoprostol para agilizar el parto. A los 15 minutos, la joven empezó a vomitar. 

“Me puse fría, sudorosa, se incrementó el dolor, no sentía mi cuerpo, quería dormir, mi cuñada me daba golpes en la cara para que no me durmiera (…) Pedí que me levantaran de la cama, que quería vomitar; en efecto vomito un líquido verde y me estaba desvaneciendo, y luego boté todo el líquido, me salía como chorro de mi vagina. Mi cuñada grita, se asusta y sale corriendo en busca del médico Avendaño, él llega y dice que la pasaría a sala de parto”, relató Yecika a las autoridades.

Sobre las 8:30 de la noche del miércoles primero de noviembre empiezan los trabajos de parto con un médico general. Yecika pujaba, pero el niño no salía. Así pasó una hora. A las 9:40 lograron sacar al niño, pero ya era demasiado tarde. 

“Cuando el médico Cataño saca a mi bebe de una vez preguntan la hora y eran las 9 y 40 minutos; yo les pregunto por qué no lloró, por qué no me lo dan; a lo que responde que todo está bien, que eso era en las películas que los bebés nacen llorando”, cuenta la joven.

(Vea también: Taxista en Colombia vivió momento que le cambiará la vida: “Me nació un bebé en el carro”)

Tirada en la cama, adolorida y con incertidumbre por el estado de su hijo, a los pocos minutos un pediatra fue el encargado de darle la trágica noticia: el bebé estaba muerto. “Fue el momento más doloroso de mi vida. Lo dejaron morir”, resumió la joven. “Fue desgarrador. Destruyeron mis ilusiones”, resume Andrés Torres. Además del daño emocional, Yecika está recuperándose físicamente de las secuelas de un parto, asegura, que no fue nada profesional.

El 2 de noviembre, con dolor y rabia por la muerte de su hijo, Andrés Torres se dirigió a la Fiscalía General de la Nación e interpuso una denuncia en contra del Hospital Regional de Chiriguaná por el procedimiento.

EL PILÓN consultó a las autoridades del Hospital para conocer su versión. Desde el Hospital reconocieron que los familiares del bebé instauraron una denuncia, por lo que la Fiscalía adelanta las investigaciones, y “cualquier pronunciamiento podría interferir en las mismas y además crear juicios paralelos”.

Según el Instituto Nacional de Salud, la mortalidad perinatal se define como la muerte que ocurre desde las 22 semanas completas de gestación (154 días) hasta los siete días después del nacimiento. En el 2022, se registró una tasa de mortalidad perinatal y neonatal tardía de 13,3 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. 

Lee todas las noticias de nación hoy aquí.