El pasado martes, mientras Torres, una mujer con hábito que dijo ser misionera carmelita que viajó desde Medellín para apoyar al senador durante su llegada a indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia, gritaba en el centro de Bogotá con un megáfono cosas como “¡Que viva el sagrado Álvaro Uribe!”, “¡¿Por qué lo persiguen?!”, “¡Álvaro Uribe está con el señor Jesús!”, la monja Alba Teresa Cediel Castillo, de las Misioneras Madre Laura, se metía con uno de los temas más álgidos para el catolicismo, en el mismo centro del poder de esa religión.

Ante un poco más de 350 asistentes a la primera reunión general del Sínodo de la Amazonia, Cediel Castillo se atrevió a hablar de que la participación de la mujer tiene que ser mucho más grande en la vida eclesial, como ya lo hacen las misioneras en el Amazonas, como ella.

Monja defendiendo a Álvaro Uribe

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“La participación de nosotras como mujeres, como dicen en italiano, [va] piano, piano, piano: poco a poco vamos caminando hacia la Iglesia [para] que nos reconozca”, dijo la religiosa oriunda de Piedecuesta (Santander), citada por el portal InfoCatólica. “La presencia de la mujer en la selva de la Amazonia es muy grande y hay muy pocos sacerdotes, y tienen que ir de un sitio a otro. Sin embargo, nosotras hacemos una presencia constante”.

Esa presencia, según el mismo medio, la contó Cediel Castillo ante los obispos así: “Acompañamos a los indígenas en los diferentes eventos. Cuando el sacerdote no puede hacer presencia y se necesita que haya un bautismo, nosotras bautizamos; si alguien se quiere casar, nosotras hacemos presencia y somos testigos de ese amor. Y muchas veces nos ha tocado escuchar en confesión”.

Incluso, si bien reconoció, según InfoCatólica, que no han dado la absolución, aseguró que “en el fondo” de sus corazones de misioneras, en esos casos extremos han dicho: “Con la humildad de que este hombre o mujer se acerque a nosotras, por situaciones de enfermedad o ya próximos a la muerte, nosotras creemos que Dios Padre también actúa ahí”.

Y dijo algo más que debió asombrar a los prelados reunidos en El Vaticano, al sostener que en cada uno de esos lugares donde las religiosas están presentes, no solo de su congregación, sino también de otras, hacen “lo que puede hacer una mujer desde el bautismo como mujeres sacerdotes, reinas y profetas”.

El tema abordado por Cediel Castillo en la misma sede de la Iglesia católica toca fibras sensibles en esa congregación religiosa comoquiera que cada vez son más fuertes las voces que reclaman una mayor participación de las mujeres, lo que, de conseguirse, no solo provocaría un remezón en los cimientos del catolicismo, sino un fuerte impacto en sus intereses de atraer a más personas, especialmente en una amplia región como la Amazonia.

Monja apoya a Álvaro Uribe por su llamado a indagatoria

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Por eso es que sus palabras contrastan con las de la monja Adriana Torres, defensora de Uribe, cuyas arengas a favor del expresidente recibieron una recriminación del religioso Jorge Mario Naranjo, consejero de la congregación Carmelitas Descalzos.

“A mí me da pena. Me da pena ajena, pena de iglesia, porque no es el lugar ni la forma ni la persona indicada para estar diciendo eso. Creo que ninguna persona debería tener esas posturas tan radicales”, dijo Naranjo en Noticias Caracol. “Nosotros no podemos direccionar conciencias, y mucho menos con posturas tan radicales que me parecen a mí tan violentas en un país tan polarizado, y que para mí no tiene nada que ver con el Evangelio”.