Una carrera de 10.000 pesos le terminó constando a Yelitza Herrera Vásquez 180.000, una noche de miedo y escalofríos, tocamientos sin su consentimiento, un trauma del que apenas es capaz de hablar y una lucha con la justicia para ser reconocida como víctima en Medellín.

La joven engrosa ahora la lista de mujeres que han sido acosadas o abusadas por conductores de plataformas: la tocaron sin su consentimiento, la intimidaron, humillaron y robaron.

Lo que había planeado como una noche de diversión disfrazada con sus amigos en Halloween del año pasado, se convirtió en una de sus más traumáticas experiencias. La cita con sus amigos nunca se cumplió. Incluso, antes de poder llegar a cambiarse a su casa, fue acosada, tocada y robada por un conductor de una reconocida plataforma. Meses después se dio cuenta que como ella otras mujeres sufrieron lo mismo.

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La tarde del 31 de octubre de 2022, la joven de 18 años pidió un vehículo a través de la app desde Sabaneta, en donde estaba planeando la noche con sus amigos, hasta su casa, ubicada en Itagüí.

Se despidió de sus amigos con la promesa de verse más tarde, ya con su disfraz y lista para disfrutar de la noche. Se montó al carro y un hombre blanco y alto la recibió con amabilidad en medio del torrencial.

Yelitza recordó, en medio del trayecto, que no llevaba efectivo para pagar la carrera. “Le pedí el favor de parar en un cajero para sacar dinero (…)”. Para evitar que ella se mojara, el conductor se ofreció a darle todo el efectivo que necesitaba y que ella le entregara ese dinero a través de transferencia. La pasajera, que hasta el momento no había notado una actitud extraña de su compañero de viaje, accedió a la propuesta y le transfirió 180.000 pesos, él solo debía quedarse con los 10.000 pesos del valor de la carrera. “Cuando lleguemos te los paso (el efectivo)”, le dijo el hombre.

La casa de Yelitza estaba justo al frente de donde paró el carro y, como estaba lloviendo, el sujeto le dijo que no se bajara para que no se mojara. Ella, por el contrario, ya quería entrar a su casa y le pidió con insistencia que le entregara el dinero que minutos antes le había transferido.

Desde ese momento la situación se tornó perturbadora. La expresión de este conductor cambió, su mirada se volvió hostil y su actitud nerviosa cambió por una dominante. Todo eso hizo sentir a Yelitza vulnerable.

Como pudo, Yelitza se quitó las manos de encima de ese hombre que sobrepasó sus límites. Volvió a reclamar el dinero y una vez más el conductor se negó a entregarlo.

“Entrégame mi dinero que estoy de afán, me están esperando”, le dijo Yelitza justo cuando el hombre volvió a tocarle las piernas para “tranquilizarla” porque la veía “muy tensionada”. “Estaba temblando… Yo solo me quedé ahí por mi dinero”, contó Yelitza, que aunque deseó huir de la escena se mantuvo ahí por la plata.

El miedo solo le permitió cubrirse las piernas con la chaqueta que traía mientras el hostigamiento continuaba.

El temor se transformó en enojo. Como pudo, Yelitza se bajó del carro y con mucha rabia le reclamó a quien se convirtió en su agresor si, además de tocarla, la iba a robar. “No piense mal, súbase al carro que se está mojando”, fue la única respuesta que recibió.

Yelitza se quedó paralizada en el andén, llorando y empapada por la lluvia. Estaba desconcertada.

“No puede ser, me acosaron, me tocaron, y no solo eso: me robaron en mi cara”, fue su primera reacción ante Martha, la mujer que intervino en la escena y la acompañó a partir de ese momento.

Cuando por fin entraron a la casa, su tía Sandra Ocampo la recibió. Indignadas, las tres intentaron llamar al número que el conductor registró en la aplicación. A ninguna le contestó.

Este hombre que fue identificado como Juan Felipe Cardona Restrepo de 35 años, es señalado por cerca de 25 jóvenes en Medellín, como un agresor que presta el servicios de transporte a través de plataformas como InDriver y Didi.

La primera en denunciarlo públicamente fue Valentina Echeverry a quien el hombre presuntamente agredió cuando ella pidió un carro por plataforma el pasado 29 de enero.

Valentina contó que el presunto agresor la tocó luego de pedirle que calificara su servicio en la plataforma. Yelitza, por su parte, asegura que el hombre suele decirle a sus víctimas que es “fisioterapeuta” para poder acceder a ellas.

La denuncia de Valentina en redes sociales desencadenó una avalancha de testimonios de otras mujeres –no mayores a los 25 años– que también alegan haber sido maltratadas por Cardona desde hace dos años. Uno de esos casos es el de Yelitza, que por miedo tardó cuatro meses en denunciar.

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De acuerdo con Yelitza, ya hay varias denuncias por el delito de injuria por vías de hecho que fueron interpuestas en el Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual, Caivas, de la Fiscalía contra el hombre de 35 años. La cifra podría aumentar en los próximos días; pero estas, de acuerdo con algunas de las víctimas que han sido consultadas, ahora deberán ser presentadas ante el grupo de Querellables del ente acusador.

“Nos dicen que el proceso es bastante largo, pero queremos que no lo extiendan porque son muchos casos y hay muchas pruebas que permiten demostrar el acoso que comete este hombre”, pidió Yelitza a las autoridades.

¿Qué dice la aplicación?

Tras conocer las denuncias y recibir señalamientos por la inoperancia en estos casos, InDriver Colombia se pronunció condenando y rechazando “cualquier situación que ponga en riesgo la dignidad de la persona y perjudique el uso de la plataforma”.

Del mismo modo, explicaron que, en el caso de Valentina Echeverry, quien denunció la agresión en redes sociales “se ha tenido comunicación para conocer más sobre el lamentable acontecimiento”.

También confirmaron que “se bloqueó de por vida al conductor”, que al parecer en la aplicación figuraba con el nombre de su papá, y que este “no podrá hacer uso de la plataforma en cualquiera de los servicios que ofrece”.

Finalmente, desde InDriver dijeron estar dispuestos a “colaborar con las autoridades en su investigación, una vez sea levantada la denuncia pertinente”, respuesta que le dieron a varias de las víctimas que acudieron a la aplicación para denunciar los hechos y acceder a información del presunto agresor.

Mientras las denuncias surten efecto, las víctimas, como Yelitza tienen que lidiar con los traumas que les generó el episodio.

Por esto, por lo que sufrieron, y porque no quieren que se siga repitiendo, Yelitza y quienes vivieron su misma experiencia, piden justicia.