Pero más allá de aparecer con el pelo corto y la barba arreglada, hubo algo que llamó la atención y que, hasta ahora, nadie había podido explicar: sus temblores ni movimientos involuntarios por la enfermedad que padece desde hace varios años no se vieron.

“Nos volvió a dejar estupefactos, esta vez no por bajarse los pantalones, sino por lo recuperado que se ve del párkinson”, escribe Claudia Palacios en su columna de El Tiempo, en donde avanza en esclarecedoras explicaciones sobre las razones por las que el exalcalde de Bogotá se ve tan bien, y que les pueden servir a otros pacientes con la misma enfermedad.

Antanas Mockus

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Cuenta Palacios, con base en “fuentes cercanas” a Mockus, que él fue operado hace cinco semanas en la Fundación Santa Fe, “aunque en esta clínica dicen que allá no fue”. En todo caso, el procedimiento al que se sometió el también excandidato presidencial “es como el de instalar un marcapasos, solo que no para el corazón sino para el cerebro, donde ubican electrodos y cables que son conectados a una batería, que suele ser ubicada en el pecho”.

Se trata, precisó la columnista después de consultar especialistas, de una “cirugía de estimulación cerebral profunda, a la que a pesar de sus resultados no se le considera una cura, se practica hace unos 30 años en el mundo y hace unos 20 en Colombia, donde alrededor de 2.000 personas se han beneficiado de ella”.

Los electrodos —continúa Palacios en su columna— “provocan que la persona recupere control sobre el movimiento y, a su vez, hacen que los pacientes requieran menos medicamentos. Ambas cosas provocan una reducción de entre un 70 y un 90 % de los movimientos involuntarios y, por ende, mejoran la marcha, el sueño y el habla, principalmente; e incluso pueden tener un efecto positivo sobre el estado emocional de quienes son intervenidos”.

Pero la columnista despeja el panorama también para otros pacientes con el mismo mal. “Pregunté por qué si en nuestro país hay unas 22.000 personas con párkinson, no han sido operadas. La respuesta fue que no mucha gente sabe que existe esta cirugía ni que se hace en Colombia, donde hay entre 12 a 15 neurocirujanos funcionales entrenados para llevarla a cabo”.

Advierte, además, que para tener acceso a esa cirugía no deben buscar tratamiento en el exterior, porque que en Colombia “se hacen más procedimientos de estos que en Brasil, México y Argentina, no obstante que en nuestro país las EPS tienden a negar la cobertura de este procedimiento, por su costo, de unos 100 millones de pesos”.

El doctor Rodrigo Pardo, profesor titular de neurología de la Universidad Nacional que lideró el equipo de profesionales que trataron a Mockus, explicó en Blu Radio que esa enfermedad es “inmensamente compleja” porque tiene unos elementos visibles como el temblor, las alteraciones del movimiento, de la postura y la marcha, “pero son muchos más los problemas que los pacientes deben enfrentar y en ocasiones produce mucho sufrimiento”.

Los pacientes —agregó el especialista en la emisora— “responden de manera muy diferente a los distintos tratamientos, y felizmente hoy en día disponemos de una gran cantidad de alternativas para producir bienestar, mejorar su funcionalidad y detener sus síntomas”.

“La elección de una cirugía para un paciente es una decisión seria, responsable, compartida con el enfermo, largamente discutida y debe cumplir con unos rigurosos criterios para lograr un buen resultado”, agregó Pardo, y advirtió que “no todos los pacientes son candidatos a cirugía. No todos los enfermos podrán beneficiarse de un tratamiento como el que se le ofreció al profesor Mockus”.

Y aterrizó un poco más el tema: “Se debe escoger muy bien el enfermo, hacer un seguimiento muy cuidadoso y riguroso, superar una gran cantidad de pruebas, llenar y satisfacer una gran cantidad de requisitos y luego hacer el planeamiento correcto, lo cual supone involucrar un equipo profesional multidisciplinario en el cual participan especialistas en imágenes, en cirugía funcional, en neurología, en registro eléctrico, entre otros”.

Uno de los datos curiosos que dio Pardo en la frecuencia radial es que todo el procedimiento quirúrgico puede tardar unos 40 minutos, debido a que la preparación previa ha tomado mucho tiempo, y se hace con el paciente despierto.