Al final de su visita, Trump podría desplazarse al campo de golf de Turnberry, en Ayishire (Escocia), resort que le pertenece a su familia, para jugar con un golfista profesional británico. Incluso, podría departir con el príncipe Andrés, duque de York, hijo de la reina Isabel, informa Independent.

En caso de confirmarse la prolongación de la visita, muy seguramente será una noticia que no agrade mucho en Reino Unido, si se tiene en cuenta el rechazo que hay hacia Trump entre los británicos. Por ejemplo, miembros del Parlamento han dicho que el presidente no debería ir a la sede legislativa.

Además, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha llamado a manifestarse pacíficamente para mostrar que el mandatario estadounidense no es bien recibido por un amplio sector de la sociedad londinense. Por eso, se da por hecho que habrá varias protestas durante la estancia de Trump en Reino Unido.

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Mientras esté en ese país, Trump sostendrá reuniones con su homóloga británica, la primera ministra Theresa May, y con la reina Isabel, en el castillo de Windsor, agrega Financial Times. Sin embargo, no visitará la embajada de su país en Londres, que ahora está ubicada en un sector que al presidente no le ha hecho mucha gracia.

Y finalmente cumplirá su capricho: ir a jugar golf.