Es posible que usted haya escuchado, visto o leído que hay personas que “ven pasar su vida” antes de morir. Personas que, ante una experiencia que pone en riesgo su vida o que están a punto de morir, tienen recuerdos muy vividos de alguna experiencia particular o de varios momentos de su vida.

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Lo que pasa en el cuerpo de una persona antes, durante o luego de la muerte, es una cuestión que ha ocupado a los humanos desde hace varios siglos. En años recientes, por ejemplo, se ha demostrado que los cerebros de las ratas muestran signos de conciencia hasta 30 segundos después de que sus corazones dejaran de latir. Indicios como estos, han llevado a los científicos a creer que situaciones similares pueden suceder en los humanos.

Ahora, un grupo de científicos adscritos a la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, ha abordado la pregunta de si es posible que el cerebro humano se active durante el proceso de la muerte. Los resultados de su investigación acaban de ser publicados en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

El estudio, dirigido por la científica Jimo Borjigin, analizó las señales del electroencefalograma, que mide la actividad electrónica en el cerebro, y el electrocardiograma, que registra la actividad eléctrica del corazón, en cuatro pacientes que se encontraban en coma. El análisis se hizo antes y después de la retirada del soporte ventilatorio.

Lo que encontraron fue que “dos de los cuatro pacientes mostraron un rápido y marcado aumento de la potencia gamma, un aumento del acoplamiento de frecuencias cruzadas de las ondas gamma con oscilaciones más lentas y un aumento de la conectividad funcional y dirigida interhemisférica en las bandas gamma”. En otras palabras, que “el cerebro moribundo puede seguir activo”.

De los hallazgos, el equipo de científicos destaca que los dos pacientes que mostraron “picos de conectividad funcional” lo hicieron dentro de la “zona caliente cortical posterior”, una región del cerebro que los investigadores han determinado como fundamental en el procesamiento consciente.

Otra zona que también presentó alta actividad tras la muerte fue la de la unión temporo-parieto-occipital, “que se cree que interviene en la conciencia y se activa durante los sueños, las convulsiones y las alucinaciones extracorpóreas”, explica la revista Science.

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Aunque los investigadores aseguraron que los mecanismos que producen este fenómeno, así como su importancia fisiológica, todavía deben ser investigados, Borjigin le dijo a la revista Science que cree que este estallido de actividad cerebral puede ser un modo de supervivencia en el que entra el cerebro cuando se le priva de oxígeno.

Lo que sigue para el equipo de científicos, según apuntaron en el documento, es replicar los análisis utilizados en otros pacientes que también se encuentren moribundos.