Los resultados de la búsqueda muestran que no hay presencia de ADN de lagartos, un posible dinosaurio que se haya salvado de la extinción, focas, esturiones ni cocodrilos o especies similares, detalla BBC, que afirma que lo que sí encontraron en abundancia los científicos fue ADN de anguilas.
Pero aquí viene lo interesante: los científicos no están seguros de si la cantidad de rastros de anguilas pertenecen a muchas pequeñas o a una gigante, y son cautos al asegurar esto al 100 %, pues no hay certeza de nada.
Según las posibilidades científicas, aún queda espacio para pensar que un gran monstruo habita las aguas de este lago de 37 kilómetros de largo por 3 km de ancho y una profundidad media de 226 metros.
La leyenda del monstruo del lago Ness (‘Nessie’, como le dicen), comenzó en forma en los años 1930 a raíz de supuestos avistamientos de habitantes y visitantes del lugar (se tienen reportes de un supuesto avistamiento, 500 años antes de Cristo), y en la actualidad se reciben hasta 10 testimonios al año de presuntos avistamientos de algo extraño en esas aguas.
Los científicos fueron muy cuidadosos al exponer sus teorías, pues explican que gran parte del turismo del área es impulsado por la leyenda de ‘Nessie’.
Como dato curioso, durante décadas se tuvo cierta certeza de que ‘Nessie’ sí existía debido a una fotografía del presunto monstruo tomada por el coronel Robert Wilson en 1934, un reconocido cirujano británico con toda la credibilidad.

Tuvieron que pasar 60 años para que la ciencia comprobara que la fotografía era falsa, y se trataba de un juguete de plástico flotando en el agua. Al parecer, el médico engañó a todos como retaliación contra un periódico que ridiculizó a una persona por decir que había visto huellas del monstruo en la orilla del lago.
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