Esta vez, la estrategia para lograr el cambio se ubicó en el terreno legal, y denunciaron dicha falta de iniciativa de los líderes como una violación de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
Si bien los líderes mundiales firmaron esta convención hace 30 años, comprometiéndose a proteger la salud y los derechos de los niños, “no han cumplido sus promesas”, declaró la activista sueca, al margen de la cumbre climática de la ONU en la que denunció nuevamente la inacción ante la emergencia climática.
Casi todos los países -excepto Estados Unidos- han ratificado esta convención para proteger la salud y los derechos de los niños. Pero “a todos nos han violado y negado nuestros derechos. Nuestro futuro está siendo destruido”, agregó Alexandria Villasenor, apodada la Greta Thunberg estadounidense.
En la práctica, esta denuncia sin precedentes de 16 jóvenes de entre 8 y 17 años, se dirige a cinco países contaminantes: Francia, Alemania, Argentina, Brasil y Turquía. El grupo proviene de 12 países distintos y cuenta con la ayuda del estudio de abogados internacional Hausfeld y la bendición de Unicef.
La denuncia es parte de un “protocolo opcional” desconocido de la convención: desde 2014 autoriza a los niños a presentar una queja ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, si estiman que sus derechos fueron denegados.
Se supone que el comité debe investigar las presuntas violaciones y luego hacer recomendaciones a los Estados para detenerlas.
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