Día a día, las personas en el mundo están expuestas a noticias, titulares e historias que evidencian la crisis climática en el mundo. En las últimas semanas, por ejemplo, es difícil no haber visto las fotos, videos y testimonios de lo que está sucediendo con las inundaciones en Pakistán, donde un tercio del país está bajo el agua y más de 1280 personas han muerto a causa de las fuertes lluvias, desbordamientos y deslizamientos que estas causan.

A medida de que el cambio climático se hace más notorio y los medios de comunicación y redes sociales le dedican más tiempo a este tipo de noticias, también se empieza a notar un incremento de la ansiedad climática, definida como “el aumento de la angustia emocional, mental o somática en respuesta a cambios peligrosos en el sistema climático, que puede dar lugar a síntomas como ataques de pánico, pérdida de apetito e insomnio”.

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Ahora, un grupo de investigadores de tres universidades del Reino Unido abordó tres temas centrales sobre la ansiedad climática: ¿Qué tan común es entre los adultos? ¿Qué factores pueden predecirla? y ¿Hay alguna relación entre la ansiedad climática y la acción climática? Los resultados del trabajo fueron publicados hace unos días en el Journal of Environmental Psychology.

En el estudio se encuestaron a 1.338 personas en el Reino Unido durante 2020 y en mayo de 2022. El primer hallazgo del equipo fue que, si bien existen altos niveles de preocupación por el cambio climático, hay bajos niveles de ansiedad climática. Aunque baja, la ansiedad por el clima es más común en personas jóvenes y en aquellas que ya padecían mayor ansiedad generalizada.

“Descubrimos que el género y los ingresos no predijeron la ansiedad climática, lo que refleja una investigación reciente que muestra que el miedo al cambio climático está en niveles similares según el género, la ubicación y la clase social en el Reino Unido”, afirman los investigadores.

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Sin embargo, uno de los hallazgos que más sorprendieron al equipo del estudio, tiene que ver con que, contrario a lo que se creía, la ansiedad climática no siempre es negativa. Lorraine Whitmarsh, psicóloga medioambiental de la Universidad de Bath, quien dirigió el estudio, señaló que: “Nuestros resultados sugieren que la ansiedad por el clima puede incitar a algunas personas a tomar medidas para ayudar a abordar el problema, pero también sabemos que hay barreras para el cambio de comportamiento que deben ser abordadas a través de una mayor acción gubernamental”.

Las acciones a las que se refiere Whitmarsh, y que encontraron durante el estudio, son el ahorro de energía, la compra de segunda mano, el préstamo, el alquiler o reutilización de artículos. Por último, la investigación también dejo un hallazgo que le puede servir a los medios de comunicación que hacen noticias e historias sobre la crisis climática.

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“Nuestros resultados sugieren que los medios de comunicación podrían desempeñar un papel importante en la creación de un cambio de comportamiento positivo a favor del medio ambiente, pero sólo si comunican cuidadosamente la realidad del cambio climático sin inducir una sensación de desesperanza”, concluyó Lois Player, coautor del estudio y colega de Whitmarsh.