“Aquí me encuentro y es para cantarles una historia triste: siendo yo muy niño, de un añito, me dejó mi madre y me quedé solo, ese fue mi destino”. Así empieza ‘Historia triste’, la canción con la que Camilo Montoya, el hijo de un firmante de paz, conmovió la noche del lunes al público, televidentes y usuarios de redes sociales al interpretar una canción en el ‘reality’ de La Voz Kids.

Camilo, de 10 años, nació en Mutatá, Antioquia, y es hijo de Rodrigo Montoya, uno de los más de 13.000 excombatientes de la guerrilla de las Farc que dejaron las armas en el proceso de reincorporación tras el Acuerdo de Paz que se firmó en 2016.

Tal como lo dice la canción que padre e hijo compusieron, tanto el padre como madre del menor estuvieron en las filas de esa extinta guerrilla. “Me enlisté cuando tenía 25 años a causa de la violencia y de la falta de oportunidades. No hubo otro camino”, cuenta Rodrigo, quien perteneció al quinto frente de las extintas Farc.

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En 2011 conoció a la madre de Camilo con quien aclara que no tuvo una relación larga. Al año siguiente nació el menor y ella decidió dejarlo con sus padres y enlistarse en ese frente del grupo armado. En 2013, cuando Camilo apenas tenía un año, la mujer murió en un bombardeo.

“En efecto, ella se fue para la guerrilla y dejó al niño con sus papás, pero yo a los días supe que ella se había enlistado y mandé a recoger al niño para que estuviera con mis padres”, cuenta Rodrigo.

Los siguientes cuatro años, Camilo vivió con sus abuelos y tíos paternos en Peque, un municipio ubicado en el occidente de Antioquia, hasta el momento de la firma del Acuerdo de Paz cuando su padre decidió llevarlo con él al ETCR (ahora Antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación) de Llano Grande, en Dabeiba, donde actualmente viven. Rodrigo trabaja allí en carpintería y labrando la tierra, junto con al menos unas 100 personas que de acuerdo con la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN) viven en esa zona de 16 hectáreas.

“Llevamos aquí cinco años y no le niego que al principio fue raro para él y para mí porque en los cuatro añitos que duró con mis papás la comunicación era imposible y yo apenas lo vi dos veces. Camilo estaba muy apegado a un hermano mío y le dio un poquito duro, pero se fue acostumbrando. Yo tenía además ganas de verlo crecer y de que estuviera conmigo y lo estamos logrando”, asegura Rodrigo.

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Su deseo de estar con Camilo quizás también viene de lo que se perdió con sus otros hijos. Tiene seis en total. Cuatro con una familia que conformó antes de irse a la guerrilla y de quien dice sabe muy poco. “Los veo, pero no tenemos mucho contacto”, asegura. El quinto hijo es Camilo y con su esposa actual tiene una niña de cuatro años.

¿Cómo compusieron la canción ‘Historia triste’?

Sobre cómo se llegó a la canción que cantó Camilo en el ‘reality’, Rodrigo detalla que fue su forma de explicarle al niño lo que había pasado con su madre.

“Él me preguntaba lo que le había pasado a la mamá y yo dije: yo qué me voy a poner a contarle cosas feas a él o lo que no pasó, es mejor decirle la verdad. Entonces le conté y ese día me dijo que cómo podía ver a la mamá y yo le mostré alguna foto que quedó por ahí. Así se le ocurrió lo de la canción. Me dijo: pa, hagámosle una canción a ella, y yo le respondí que listo, que yo se la hacía para que él la cantara. En nuestras presentaciones esa canción es infaltable”, detalla Rodrigo.

La canción se grabó hace dos años y hace seis meses le hicieron un video. Ambas grabaciones se pueden ver en YouTube. En el video aparecen padre e hijo como protagonistas.

Desde el año pasado tenían la idea de presentarse en el reality, pero no lo habían logrado. “Este año nos pusimos en la misma vuelta, pero la verdad todo lo logramos por el señor Jesús Abad (Colorado) que vino al ETCR; sin él, no hubiéramos podido”, afirma Rodrigo. Al fotorreportero, uno de quienes más ha retratado la guerra en Colombia, se le vio durante la presentación de Camilo en la audición que se vio anoche por televisión.

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“La verdad no pensábamos que fuera a pasar en esa primera etapa, uno no va con esa mentalidad. Yo le dije a Camilo, que con solo esa invitación era un triunfo. La verdad él está muy motivado con el programa”, dice.

“Ayer cuando nos vimos en televisión, fue nuevamente lágrimas. En una casetica nos vimos el programa. Eso estaban todos los vecinos. Él estaba con sus amiguitos, muy contento. Con decirle que se vio la repetición. Por ahí a las 11 de la noche me despertó para volver a verlo. Pero le cuento que la hermanita fue la que más lloró, eso casi que no la calmamos”, afirma.

Camilo, quien también dice que le gusta la música popular, norteña y parrandera, lo resume así: “No, imagínese uno verse por televisión y cantando… eso se siente una felicidad muy grande”, dice

Sobre los sentimientos que tenía cuando estaba presentando la audiencia, el niño afirma: “Yo le digo la verdad, yo sí estaba muy nervioso y no sabía si algo me salía mal, pero cuando comencé a cantar como que toda la seguridad se me vino. Y como esa canción se trata de mi mamá pues yo me traté de acordarme de ella, pero no iba a llorar, tenía mucha alegría para cantar. Yo no sé qué pasaría si ella estuviera viva, pero yo sí creo que yo sería un poquitico más feliz”, dice.

Con una certeza inusual para niños de su edad, dice que sí, que está seguro que puede ganar el concurso.

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La música que unió a papá e hijo

La música, dicen padre e hijo, ha sido el medio perfecto para recuperar el tiempo y empezar a tejer esos lazos perdidos durante los primeros cinco años. En las primeras salidas que pudo hacer Rodrigo del ETCR, se fue a Peque a visitar a Camilo y se dio cuenta que el abuelo le había comprado una guitarra. “Pero no era de verdad, era de esas de juguete. Yo sí llevaba una y me puse a tocar con mi papá y en esas el niño se mete en el medio y duramos como una hora tocando y él también cogía la suya y hacía que tocaba con nosotros. Ahí fue cuando yo dije: al niño le va a gustar esta joda. Está bueno para enseñarle”, relata.

Así, cuando ya se llevó a Camilo para Dabeiba, lo sorprendió con una guitarra original, un ukelele, y con esa aprendió. “Esa guitarra como es tan pequeñita, mi hija menor empezó a quitársela, entonces me toca comprarle una más grande a él y ahora tiene un cuatro. Prácticamente cada uno ya tiene su guitarrita aquí en la casa”, cuenta Rodrigo.

Actualmente Camilo, que cursa quinto de primaria, toca varios instrumentos: bajo eléctrico, timbales, guacharaca, tiple y el piano. “Lo hace pues sin ir a un colegio de música, es solo por lo que yo puedo enseñarle, yo tampoco tuve escuela, sino que aprendí así no más, y pues lo puede hacer porque yo tengo esos instrumentos en la casa”, afirma Rodrigo.

En efecto, Rodrigo también tiene un grupo musical llamada ‘Los hermanos Montoya con su agrupación Aires de Paz’, conformada por indígenas y en la que Camilo participa de manera muy activa.

“Camilo es la persona más importante en el grupo porque en las presentaciones la gente lo pide mucho y se dan cuenta de que él toca varios instrumentos y les gusta también cuando canta”, dice Rodrigo.