Al parecer, la pareja quería que su hijo llegará al mundo con sus papás casados y por eso los preparativos no tomaron mucho tiempo, pues tan solo después de 3 meses de comprometerse se llevó a cabo la ceremonia.

Los enamorados se trasladaron hasta Cartagena pero lejos de hacer una boda en la playa, se casaron en un recinto cerrado, decorado con alguno de ramos de flores sencillos colgados en la primera silla de cada fila.

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Además, según se pudo se evidenciar en una de las historias de Karen, la ceremonia fue íntima para los familiares y amigos cercanos de la pareja.

Ella, por su parte, lució un vestido blanco de encaje con detalles en la parte de busto, mangas y hombros. En el cabello se hizo un recogido sencillo y se colocó una corona de flores, que la hacían lucir muy bien.

El novio también se vistió de blanco con una camisa ideal para el clima de Cartagena y un pantalón color hueso combinado con unos mocasines de color marrón.

La emoción entre la pareja fue evidente y Karen no pudo evitar derramar algunas lágrimas, antes y durante la boda.

De igual manera, al finalizar la ceremonia, los ahora esposos se mostraron dichosos de unir sus lazos y empezar a crear una familia que ya tiene en camino al tercer integrante: Pablo, mismo nombre del papá.