“El viernes es nuestro día, ya que el sábado, en la contrarreloj, ya no nos quedará más que defendernos. Esperamos mañana darle la vuelta a la carrera, aunque es difícil”, explicó Landa.

El ciclista español está a 4 minutos y 34 segundos del líder de la clasificación general, el galés Geraint Thomas, mientras que Quintana se encuentra a 3 minutos y medio.

El viernes, la decimonovena etapa afronta los últimos puertos de montaña en los Pirineos, entre Lourdes y Laruns, sobre un recorrido de 200,5 kilómetros.

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Tras el Aspin y el Tourmalet, el Aubisque será la última dificultad, antes de 20 km de descenso.

“Habrá que intentar mover un poco la carrera de lejos porque está claro que llegando con ellos (el equipo Sky) al final hay pocas opciones. Estoy bien, animado, con ganas. Estamos todos igual de cansados”, dijo Landa.

En esa etapa del viernes, no muy lejos de la frontera española, habrá muchos aficionados vascos, animando a Landa.

“Estos días ya se ha notado el apoyo y seguro que el viernes en el Tourmalet se notará más”, afirmó el ciclista.

Landa espera que su equipo pueda encontrar la forma de sorprender a los ciclistas del Sky.

“Está claro que hay que correr con cabeza, ya que vamos primeros en la clasificación por equipos, tenemos un par de ciclistas entre los 10 primeros…”, explicó.

Pese a su séptimo puesto, Landa tiene esperanzas de terminar en París en el podio, entre los 3 primeros.

“Imposible no es. Hasta el último día, nada es imposible. Los corredores que tenemos delante están muy fuertes. Tienen menos desgaste del que necesitamos los escaladores para hacer diferencias”, indicó.

El corredor vasco de 28 años fue cuarto en el Tour de 2017 cuando corría con el Sky.

“De cara al podio hay que ver qué pasa el viernes. Es una etapa con mucha dureza, con muchos puertos separados. Puede haber sorpresas pero está complicado”, concluyó.