Menor de 13 años fue atacado con arma por compañero en colegio de Bogotá y quedó grave

Un alarmante suceso de violencia escolar ha conmocionado a la comunidad del suroriente de Bogotá. Un adolescente de 13 años fue brutalmente apuñalado por un compañero de 16 años a las afueras de la institución educativa Manuelita Sáenz, ubicada en la localidad de San Cristóbal.

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El incidente, registrado el pasado lunes 9 de junio, ha dejado a la víctima en un grave estado de salud, actualmente hospitalizado con un pulmón perforado. El presunto agresor ya fue aprehendido por las autoridades competentes, mientras que la familia del joven herido clama por justicia y una revisión de los protocolos de seguridad en los colegios.

El ataque, que ha desencadenado una profunda indignación, se dio el 9 de junio, aunque la noticia fue ampliamente difundida el 13 de junio de 2025. Según las primeras versiones y el relato de un familiar, el agresor, de 16 años, esperó a su víctima a la salida del colegio.

Sin mediar palabra, sacó un arma blanca que tenía oculta en su uniforme escolar y le propinó la primera puñalada por la espalda, similar a otros casos que han ocurrido en instituciones bogotanas. Luego, lo sometió casi llegando al suelo y continuó la agresión, asestándole otras cuatro puñaladas, sumando un total de cinco heridas en el cuerpo del menor. La gravedad de las lesiones obligó al traslado inmediato del joven a un centro asistencial, donde permanece bajo cuidado médico debido a un pulmón perforado.

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La raíz de este trágico desenlace parece encontrarse en un desacuerdo previo en la cafetería del plantel educativo, ocurrido días antes de la agresión. Una familiar de la víctima relató que el agresor le dijo al menor que “no lo quiere ver en el colegio”, lo que escaló a un enfrentamiento físico dentro de las instalaciones. A pesar de que el colegio presenció la pelea e hizo una citación a ambas partes, las medidas tomadas resultaron insuficientes para contener la escalada del conflicto, que culminó en la violenta agresión fuera de las instalaciones.

La familia del menor agredido ha expresado su profunda inconformidad con los protocolos manejados por la institución educativa. Consideran que las directivas del colegio no actuaron correctamente frente a las claras señales de alerta que se evidenciaron entre los adolescentes.

“Es indignante que porque un rose de miradas tengamos que llegar a estos extremos”, manifestó la familiar, quien, por seguridad, prefirió mantenerse en el anonimato.

La misma familiar también criticó la falta de “calidad humana” al presenciar a un menor desangrándose sin una reacción adecuada. Además, resaltó la urgencia de reforzar la seguridad en las instituciones y de regular el consumo y la venta de sustancias alucinógenas, un problema que, según su percepción, ha ido en aumento en la zona. La familia, aunque no culpa solamente al joven agresor, sugiere que estos actos podrían reflejar fallas en la formación que el agresor recibe en su propio hogar.

Ante la gravedad de los hechos, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Fiscalía General de la Nación han asumido la investigación del caso. La Policía Metropolitana de Bogotá logró la aprehensión del menor señalado como responsable, quien fue puesto a disposición de las autoridades competentes.

Por su parte, la Secretaría Distrital de Educación emitió un comunicado, asegurando que ya se encuentra adelantando las acciones pertinentes para esclarecer los hechos y tomar las medidas necesarias. Este lamentable suceso subraya la necesidad imperante de fortalecer la convivencia escolar y los mecanismos de prevención de la violencia en los entornos educativos de la capital colombiana.