Nación
Durísimo temblor en Colombia sacudió la noche de este miércoles y quitó ganas de dormir
El humorista señaló que durante varios años sufrió depresión y ataques de pánico, al punto de que llegó a pensar en atacar contra su propia vida.
Horas después de que se confirmara la liquidación de sus restaurantes, Pedro González, más conocido como ‘Don Jediondo’, reveló los momentos más difíciles de su vida, en los que llegó a sufrir una fuerte depresión que incluso lo llevó a pensar en atentar contra él mismo.
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El humorista relató que en 2012 atravesó uno de los episodios más críticos de su salud mental, mientras enfrentaba las primeras señales del declive económico de su cadena de restaurantes.
“Eso fue como en 2012. Yo ya venía con ataques de pánico y depresión. Hice tratamiento dos años con una pastilla. Dentro de ese tratamiento, un día tenía que ir a algo de dermatitis, y en la clínica yo salí al balcón, veía el vacío y algo me decía ‘láncese, pero láncese ya’. No era sino doblar el tronco y lanzarme, pero me aferré a la baranda del balcón y salió la enfermera, le expliqué y me entraron al consultorio”, recordó con crudeza en Caracol Radio.
Según contó, esa sensación de vacío lo atormentaba, pero al mismo tiempo sintió una fuerza superior que le permitió aferrarse a la vida: “El cuerpo me decía láncese, y una fuerza divina me hizo agarrarme de la baranda. Después fue el milagro que hizo Dios de curarme de esa depresión y de ataques de pánico”.
El humorista confesó que esos momentos de crisis con los restaurantes dejaron una huella profunda: “He llorado muchísimo. Cuando un amigo me dijo ‘cómprese un local para que tenga algo para su vejez’, no pensé que fuera tan difícil hacer empresa no solo en Colombia sino en el mundo […]. Uno siente que murió un pariente…”.
En medio de la entrevista, González explicó que la decisión de liquidar su cadena de restaurantes no se dio de la noche a la mañana, sino después de más de una década de dificultades que fueron minando la estabilidad del negocio.
“La crisis comenzó con una oleada invernal que hubo hace como unos 10 o 12 años. Esto no tiene nada que ver con gobiernos, los responsables somos nosotros […]. Los tres factores fueron: la ola invernal que hubo, después la pandemia, y pegada a la pandemia, el paro, porque se bloquearon las carreteras, dejó de llegar el mercado”, relató.
El empresario señaló que el impacto de la emergencia invernal dejó a la compañía muy golpeada en su momento. Luego, la pandemia del COVID-19 redujo drásticamente las ventas, y como si fuera poco, el paro nacional terminó por interrumpir la llegada de insumos. Esa suma de factores, según él, fue definitiva en el deterioro financiero.
“Nos toca comenzar de ceros en la cuestión monetaria y económica. Quisimos tener una empresa grande, pero se salió de control el manejo. Nos comprometimos mucho con los bancos, con dinero de los impuestos, que ahorita se van a pagar con los activos que quedan”, afirmó en la cadena radial.
El humorista también hizo énfasis en que la quiebra de su restaurante no se debe atribuir a factores externos o a decisiones gubernamentales, sino a errores propios en la administración del negocio.
Más allá del desenlace, González reconoció que su paso como empresario le dejó aprendizajes importantes. Aunque la liquidación de su marca es dolorosa, también le permitió conocer de cerca a miles de clientes que lo apoyaron durante los años de operación.
“Yo creo que sí [volvería a abrir un restaurante], porque la experiencia fue muy linda de conocer clientes muy lindos que hoy nos llaman”, aseguró.
Para el comediante, la crisis empresarial significó no solo un reto económico, sino también un golpe emocional comparable con la pérdida de un familiar. Sin embargo, resaltó que la lección más grande es haber comprendido que emprender en Colombia y en el mundo implica sacrificios enormes.
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