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Atera, una nueva empresa creada por las compañías Celsia y Brookfield, dio detalles sobre su potencial de inversión en el país por una cifra multimillonaria.
La empresa está dedicada a ofrecer soluciones integrales de eficiencia energética que permitan a las industrias reducir su consumo y avanzar en su descarbonización sin afectar sus operaciones.
Su director general, Luis Felipe Vélez, detalló a Portafolio que la compañía surgió dentro de Celsia hace una década, como respuesta a la necesidad de impulsar la transición energética y promover modelos descentralizados.
Con el tiempo, identificaron que el mayor potencial estaba en la industria, donde podían lograr importantes ahorros energéticos.
Atera tiene tres líneas principales de negocio: generación distribuida mediante sistemas solares, soluciones térmicas para frío y calor, y aire comprimido con tecnologías que permiten ahorros de hasta 35 %.
“Tenemos un plan de inversión de USD 500 millones en proyectos de eficiencia energética industrial hasta el 2030. En este momento tenemos identificado más de USD 1.000 millones de inversión”, añadió Vélez en diálogo con ese periódico.
Además, la empresa apuesta por el uso de baterías como elemento clave para almacenar energía y ampliar la capacidad operativa de los sistemas.
Actualmente cuenta con 500 clientes en Colombia, Panamá y Honduras, y planea expandirse a Perú, México, Ecuador y Guatemala.
Su plan de inversión asciende a 500 millones de dólares hasta 2030, con un potencial total de negocio superior a 1.000 millones. Brookfield aportó 210 millones de dólares, mientras que Celsia invirtió 40 millones, complementados con financiamiento adicional, sentenció ese diario.
Las energías limpias se han convertido en un negocio millonario en Colombia porque el país posee un gran potencial en recursos naturales como el sol, el viento, el agua y la biomasa, que permiten generar electricidad de manera sostenible.
El proceso de transición energética impulsado por el Gobierno busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de carbono, lo que ha abierto oportunidades para la inversión privada en proyectos solares, eólicos y de eficiencia energética.
Además, las empresas industriales y comerciales buscan reducir costos a largo plazo y mejorar su reputación ambiental, lo que incrementa la demanda de soluciones sostenibles.
La legislación colombiana también ha jugado un papel clave al ofrecer incentivos tributarios y facilidades para la instalación de proyectos renovables, lo que ha atraído inversionistas nacionales e internacionales.
Compañías como Celsia, Enel y Brookfield han apostado por este sector, desarrollando proyectos por cientos de millones de dólares.
La expansión de las energías limpias no solo genera rentabilidad, sino que también crea empleo, impulsa la innovación tecnológica y posiciona a Colombia como un actor relevante en la lucha contra el cambio climático, convirtiendo la sostenibilidad en un negocio estratégico y de alto valor económico.
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