El testimonio fue publicado por el diario Olé y en él el hombre explica que estaba cumpliendo con su labor junto a Claudio Ismael, su hijo, cuando escuchó que lo llamaron, alzó la cabeza y lo fotografiaron.

“Estaba acomodándolo, me dijeron ‘flaco’ y justo levanté la vista y mi hijo levantó el pulgar. Nada más. Fue algo instantáneo”, relató inicialmente.

Y contó que ha sido intimidado: “He recibido amenazas telefónicas de un grupo de Argentinos Juniors. Me dicen que me van a matar, que me van a romper la camioneta, amenazan a mis hijos”.

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Luego, se justificó diciendo que no tiene nada que ver con el hecho: “Esa foto no fue sacada de mi teléfono, eso es lo peor de todo. Jamás pensé que la iban a publicar o que se iba a viralizar. Pido disculpas a la familia de Diego Maradona”.

Finalmente, explicó que se quedó sin trabajo por esta situación, aunque no responsabilizó a la funeraria por dejarlo sin empleo.

“Lo que hice no fue intencional, ni de mi parte ni de mi hijo. De la empresa me echaron. Me echaron por algo que yo no hice. Y la empresa no tiene la culpa, tampoco. Si ves la foto, soy el de anteojos; levanté justo la cabeza”, concluyó.