Escrito por:  Redacción Nación
Jul 12, 2023 - 7:48 am

Unos pueden decir que es una estrategia pensada en su interés por llegar a la alcaldía de Bogotá; otros, sencillamente, que no aguanta las irregularidades que asoman en el partido que lo llevó al Senado y en el que milita como ferviente alfil de su líder, Gustavo Petro. Pero lo cierto es que el exsenador Gustavo Bolívar se viene erigiendo en una especie de conciencia moral de esa colectividad política.

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Los más perspicaces pueden considerar que las posturas de Bolívar frente al petrismo puedan obedecer a que, si aspira a llegar al palacio de Liévano, debe tomar alguna distancia de esa colectividad política. Él mismo ha advertido que las elecciones de octubre próximo se pueden convertir en un referendo que castigue la gestión y los escándalos que sacuden al Gobierno de Gustavo Petro.

“En política, uno tiene que ser sensato con uno mismo”, dijo Bolívar a mediados de junio, cuando anunció una encuesta interna para elegir el candidato del Pacto Histórico en Bogotá. Y advirtió: “Pasando un poco de inmodestos, el Pacto Histórico tiene cómo pasar a segunda vuelta. La base del voto duro que tenemos aquí la calculamos más o menos en 600.000 o 700.000 votos, de gente que sí o sí sale a votar por el Pacto Histórico. [Pero] Lo que pasa es que hay un voto de opinión grandísimo para llegar a 1’200.000 votos que se requieren para ser elegidos”.

En otra de sus célebres posturas, Bolívar arremetió con dureza contra Nicolás Petro y Juan Fernando Petro, hijo y hermano del presidente, respectivamente, por los escándalos en que están envueltos: el primero por supuestamente haber recibido plata de exnarcotraficantes para la campaña de su padre y el segundo por presumiblemente haber hecho pactos con presos en cárceles para obtener beneficios.

Ahora, Bolívar se vuelve a pronunciar sobre el comportamiento de otro importante miembro del Pacto Histórico y que es, quizás, la ministra más consentida del presidente Petro: la jefe de la cartera de Minas y Energía, Irene Vélez, envuelta en un escándalo por el contrato que obtuvo su esposo, Sjoerd Van Grootheest, con el Fondo Colombia en Paz para liderar la estrategia de comunicación sobre sustitución de cultivos ilícitos en Colombia, y por el cual recibirá 128′770.000 pesos, que se pagarán con mensualidades de 10′730.000 pesos.

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Este enojoso caso se ve aún más enrarecido porque Irene Vélez, en su declaración de conflicto de intereses, en 2022, relacionó a Van Grootheest como su esposo; pero ese documento en 2023 fue modificado y la ministra ahora apareció sin pareja sentimental. Además, las casillas en las que antes estaban los datos del hombre resultaron en blanco. Ella lo atribuyó a “un error de digitación”.

Bolívar no dejó pasar esto por alto y arremetió en Twitter contra la ministra al calificar el asunto de nepotismo. “Mi postura sobre el nepotismo: nunca he usado, ni usaré el poder para favorecer familiares. Es la formación que heredé de Enrique Parejo González, con quien trabajé varios años”.

Su mensaje lo cierra con una firme condena a la conducta de la ministra y una reflexión sobre las posibilidades que tienen unas personas sobre otras: “Es inmoral que las hojas de vida de mi familia compitan con las de millones que no tienen esa influencia”.

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