Los tres planetas orbitan alrededor de una estrella enana fría. Uno de ellos es comparable en tamaño y temperatura con La Tierra y los otros dos con Venus, reporta un informe de los científicos publicado este lunes en la revista británica Nature.

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La distancia a La Tierra permite además que, con la tecnología actual, pueda estudiarse la atmósfera en pos de trazas químicas de vida.

“Nuestro descubrimiento abre un nuevo terreno de cacería” alrededor de estas pequeñas estrellas, dice el astrofísico Michael Gillon, de la universidad belga de Lieja y miembro del equipo que realizó la investigación, y explica a la AFP que solamente “a la escala de la galaxia esto implica miles de millones de lugares adicionales en los que la vida podría haberse desarrollado”.

Hasta ahora se ignoraba que planetas rocosos y del tipo terrestre podían orbitar estrellas enanas y la búsqueda estaba limitada a astros de tipo solar.

El planeta que los investigadores definen como similar a La Tierra se ubica a una distancia de la estrella que permite teóricamente que su clima permita la existencia de agua liquida en la superficie, lo que es el paso previo para el desarrollo eventual de formas de vida como se conocen en La Tierra.

Respecto a los otros dos, “son muy cálidos pero podrían tener sectores habitables con temperaturas más bajas, para permitir la existencia de agua líquida y quizás de vida”.

El descubrimiento fue realizado por un telescopio de 60 centímetros ubicado en el observatorio chileno de La Silla, bautizado TRAPPIST, por la sigla en inglés de Pequeño Telescopio de Planetas y Planetoides en Tránsito (paso frente al disco de una estrella).

El sistema estelar y planetario, que fue bautizado TRAPPIST-1, está en la constelación de Acuario. La estrella enana (que tiene una masa del 8% del sol según los primeros datos) tiene una temperatura de 2.300 grados centígrados.

“Si bien la temperatura teórica y su tamaño abren expectativas, habrá que esperar hasta conocer con exactitud las masas y las características de sus atmósferas, si las tienen, para saber si son realmente propicios para la vida”, agregó Gillon.

Estas informaciones podrían “obtenerse relativamente rápido, de aquí a cinco o diez años, gracias especialmente al telescopio espacial James Webb, que será lanzado en 2018”, agregó el astrofísico.

AFP

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