Cuando el partido iba 1-1, apareció la polémica jugada, luego de que Joshua Kimmich, autor del primer gol del Bayern Múnich, enviara un centro y este fuera despejado por la mano del jugador brasilero.

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Pese al reclamo de los jugadores, el árbitro no decretó penal, ni siquiera tiro libre (por si había dudas si la infracción había sido fuera del área).

Lo cierto es que, de haberse cobrado la falta y (convertir el penal), posiblemente el Bayern Múnich habría pasado a la ronda final, teniendo en cuenta que el partido terminó empatado 2-2 y que solo necesitaba de un gol más para clasificarse.

En imágenes compartidas por redes sociales se muestra como tres árbitros estaban en la jugada y ninguno decretó el penal.