“Creo que nos comemos los unos a los otros en muchísimos niveles.” – Agustina Bazterrica
Procure no comer carne mientras lee esta novela. Y prepárese para enfrentarse a ella y que lo saque de su zona de confort. Pero, siempre, prepárese para descubrir y aprender con una escritura magnífica, en el más siniestro de los contextos.
La obra que tenemos entre manos hoy, es una novela distópica perturbadora y cautivadora escrita por la autora argentina Agustina Bazterrica (Buenos Aires, 1974), publicada en 2017, y que ganó el XX Premio Clarín de Novela 2017. Este galardón consolidó su posición en la literatura contemporánea, otorgándole una voz influyente en la escena literaria latinoamericana. También, en 2020, obtuvo el Premio Ladies of Horror Fiction a la mejor novela, siendo la única obra finalista que no había sido escrita originalmente en lengua inglesa. Además del libro que reseñamos hoy ha publicado Matar a la niña (2013), Antes del encuentro feroz (2016), Diecinueve garras y un pájaro oscuro (2020) y, recientemente, Las Indignas (2023).
Agustina Bazterrica @agustinabazterrica, es una escritora y guionista que ha ganado reconocimiento por su estilo narrativo único y su enfoque en temas oscuros y controvertidos. Se licenció en Artes por la Universidad de Buenos Aires y trabaja como gestora y curadora cultural del ciclo de arte Siga al Conejo Blanco, además de coordinar talleres de lectura.
La novela fue editada por primera vez por Alfaguara en 2019 y ahora la tenemos ya en Colombia. La obra ha logrado destacarse por su narrativa provocadora y su exploración de temas éticos y morales en un contexto futurista. Publicada por las editoriales más prestigiosas de Francia, Finlandia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, entre otros países, “Cadáver exquisito” fue traducida a más de veinticinco idiomas y está siendo adaptada a formato audiovisual.
En “Cadáver exquisito”, Bazterrica presenta un mundo en el que, debido a un virus que afecta a los animales y que es letal para los seres humanos, los animales deben ser sacrificados. Ante la ausencia de proteína animal para la alimentación de la humanidad y con todo el debate que implica para el movimiento vegetariano el tema, que también recrea el libro, el canibalismo se va imponiendo de a poco, se legaliza, empiezan a desaparecer los indigentes, los migrantes y minorías en diferentes países y, finalmente, la sociedad termina dividida entre aquellos que comen y aquellos que son comidos. Un fuerte dilema social se evidencia en el libro, pues los gobiernos han definido las categorías sociales de las personas que merecen vivir y las que están destinadas a morir.
Así pues, la cría y el consumo de animales para carne ha sido reemplazado por la cría y utilización de seres humanos, creando además “carnes especiales”. La sociedad ha normalizado la práctica de criar “especímenes”, seres humanos clonados y genéticamente modificados, para su posterior procesamiento y consumo, sea en platos gourmet cocinados, marinados o, inclusive, a manera de sushi.
La trama sigue a un “veterinario” encargado de inspeccionar en un criadero los cuerpos de los especímenes para garantizar su calidad y seguridad alimentaria. A medida que avanza la historia, Marcos comienza a cuestionar la ética de este sistema y se enfrenta a dilemas morales profundos. Por supuesto, hay una intensa historia de amor en el medio.
“Siempre comento que redacté la novela por mi hermano y mi alimentación vegetariana. A propósito de aquello, no sé si comes carne o no, pero cuando uno viaja a países donde está más naturalizado el veganismo o el vegetarianismo, te percatas mucho del contraste con Argentina. Acá la carne es sagrada, me ha pasado muchas veces de ir a asados, llevar mi comida vegetariana y que me la coman los carnívoros, con esto, he notado esa permanente violencia contra una decisión que es individual. Entonces, a raíz de todas esas experiencias y también macerando mucho el tema interiormente, se me ocurrió escribir cadáver exquisito. Pero, obviamente, una cosa es la idea y otra cosa es sentarse a escribir y que esa idea se transforme en una historia”, nos dice en reciente entrevista con Vanessa Henriquez.
Hay que tener mucho estómago para leer el libro que, además, es adictivo. A mí me tocó parar, respirar, hacer pausas mentales, para poder continuar. Y, sin embargo, había que terminarlo puesto que, tanto las reflexiones morales, e inclusive legales: se crean leyes, caza deportiva, normas sanitarias, métodos de manejo de los productos; científicas, se crean protocolos especiales de investigación científica, especialización para prevención de accidentes y producción con fines de trasplante de órganos, son ineludibles. La forma en la que una necesidad alimentaria se convierte en un negocio, algo similar a lo que podría estar pasando con el agua en estos momentos, se justifica inmoralmente en el beneficio de “la humanidad”.
Lo que empieza produciendo asco e inapetencia, en barbarie, se convierte, de pronto, en perplejidad y ansiedad, y hasta en reflexión ante la única opción que le queda a “la humanidad” en un mundo aparentemente civilizado, en donde se normaliza lo que, en algún momento, es maldad pura.
El análisis sicológico de los personajes en “Cadáver exquisito” es fundamental para comprender la complejidad de sus acciones y decisiones. El protagonista, en particular, experimenta una lucha interna entre su trabajo y sus valores personales.
Su conexión emocional con los especímenes y su creciente repugnancia hacia el sistema lo llevan a un estado de disonancia cognitiva. Este conflicto interno es un reflejo de la fragilidad de las creencias individuales en una sociedad que puede normalizar prácticas aberrantes.
La novela no solo proporciona un análisis agudo de los personajes, sino que también ofrece una crítica social y moral en relación con la situación actual de la humanidad. A medida que la sociedad moderna enfrenta dilemas éticos relacionados con la tecnología, la biotecnología y la explotación de recursos, “Cadáver exquisito” plantea preguntas provocadoras sobre hasta dónde podría llegar la humanidad en la búsqueda de conveniencia y eficiencia.
“Cadáver exquisito” es una obra literaria que desafía los límites de la moralidad y la ética en un contexto distópico. Agustina Bazterrica logra combinar una trama aterradora con una exploración profunda de los personajes y una crítica social elocuente. La novela resuena de manera perturbadora en la situación actual de la humanidad, planteando preguntas incómodas sobre los límites de la tecnología y la responsabilidad moral. Y lo peor, es descubrir que, probablemente, somos culpables pasivos.
Una lectura reveladora e imperdible.
*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.
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