La carta que escribió Martínez Beltrán, hijo del fiscal General, Néstor Humberto Martínez, la publicó la revista Semana en su más reciente edición impresa, y se titula: “A mi amigo Alejandro: ¡la vida es una!”.

Martínez arranca su escrito con el recuerdo de la que fue la “última pregunta” que le habría hecho Alejandro “apenas unas horas antes de morir”: “‘¿Cómo hago para vivir con tantos recuerdos de mi papá?’”, dice. El padre era Jorge Enrique Pizano, que falleció tres días antes de la trágica muerte de su hijo

“Cuando Alejo me hizo esa pregunta, yo le dije que no rechazara esos recuerdos, sino que, al contrario, los valorara y celebrara Tristemente, en este país no todo el mundo tiene la fortuna de tener recuerdos con el papá. En ese momento no se me cruzaba por la cabeza que tan solo unos días después tendría yo que estar siguiendo mi propio consejo”, escribe Martínez en su carta.

El joven también les dedica unas palabras a la esposa de Alejandro y a la hija que viene en camino, y hace una relación entre el amor por la familia y la pasión que su amigo sentía por el futbol. Ambos, dice, jugaron en el equipo de su colegio y estuvieron en un torneo en Denver, Estados Unidos, en donde la relación se fortaleció.

“Todavía tengo muy claro en mi cabeza cómo Alejo, el día del velorio de su papá, usaba con orgullo una camiseta que le regaló Macas (así le decía a Pizano papá) y, en medio de su dolor, sonreía por la cantidad de gente que fue a despedir a su viejo. Ese era un Alejo preparado y ansioso por asumir la responsabilidad de ayudar a su mamá, de sacar adelante a sus hermanas y de preparar con Eugenia (su esposa) la llegada de María del mar. Al fin y al cabo, este era un partido para el cual había entrenado toda su vida. Me arruga el corazón que no lo haya podido jugar”, escribe Martínez.

Explica que él fue muy cercano a la familia Pizano y que actualmente la relación sigue siendo así, y reconoce que familiares de las víctimas se han unido para superar de la mejor manera posible el dolor que les dejó esta partida.

“Hoy más que nunca estoy orgulloso de la amistad que construimos con Alejo desde los 4 años, porque gracias a ella, a pesar del deseo de inescrupulosos, nuestras familias nunca cayeron en el juego de dudar de la otra en el momento más difícil”, escribió Martínez.

Al final de la carta, el joven lanza un fuerte mensaje a quienes según él “usan” la tragedia familiar con otros fines.

“Es por esto que me duele en lo más profundo el enfoque que, con propósitos innobles, un sector de la opinión, de la clase política y de los medios han pretendido darle a esta tragedia. No se puede aceptar que una pérdida familiar de esta magnitud esté siendo utilizada para crear suspicacias donde no las hay. No está bien que personas extrañas a nosotros, que no conocen la naturaleza de la relación entre las dos familias, se aprovechen de la manera más abusiva de la tragedia para promover teorías de persecución en busca de su propio beneficio…”,  dice.

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La tragedia que hoy lamenta el hijo del fiscal Martínez comenzó el pasado 8 de noviembre con la muerte de Jorge Enrique Pizano, en su casa en Subachoque, según las autoridades por un infarto. Tres días después su hijo Alejandro falleció en circunstancias extrañas tras beber agua de una botella que estaba en el despacho de Pizano.

Medicina Legal dio a conocer que la muerte del joven se produjo por ingesta de cianuro, y en medio de una revisión a la vivienda investigadores hallaron un tarro con esta sustancia en uno de los baños.

Luego de estas muertes, Noticias Uno reveló una entrevista de 2015 en la que Pizano entregaba detalles de las irregularidades en contratos de la firma Odebrecht en Colombia. Pizano aseguró que estos hallazgos que encontró, cuando era el ‘controller’ de la obra Ruta del Sol, los expuso ante Néstor Humberto Martínez, que para esa época era abogado de la firma Corficolombiana, socia de Odebrecht en ese proyecto.

Incluso, Pizano conservó unas grabaciones que de manera oculta hizo mientras dialogaba con Martínez antes de que fuera fiscal General, y también se las entregó al noticiero ya que no confiaba en el que alguna vez fue su amigo.