La constitución más corta del mundo pertenece a Mónaco, un pequeño país ubicado en la costa mediterránea de Europa. Este documento, aprobado en 1962, consta de menos de 700 palabras, lo que lo convierte en el texto constitucional más breve a nivel mundial. Aunque otras constituciones, como la de Estados Unidos o Islandia, también son conocidas por su brevedad, la de Mónaco se destaca por su concisión y simplicidad.
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¿Qué la hace la constitución más corta del mundo?
Este breve texto se centra en aspectos esenciales, como la organización política, los derechos fundamentales de los ciudadanos y la distribución de poderes. Una de las razones de su tamaño reducido es que Mónaco es un principado con una estructura política sencilla. Su gobernante, el Príncipe de Mónaco, comparte el poder con el Consejo Nacional, lo que facilita mantener un sistema legal menos complejo.
A pesar de su tamaño, la constitución monegasca ha sido efectiva para mantener la estabilidad en el principado. El texto destaca por ser claro y directo, lo que permite adaptaciones rápidas a las necesidades del país. Esto ha permitido que el sistema político se mantenga ágil y eficiente, reflejando las prioridades de una nación con características únicas en el panorama mundial.
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