Se trataría de un grupo de milicianos cosacos que suelen llevar a cabo misiones secretas para el gobierno de ese país y que habrían llegado en días pasados a Venezuela con el único objetivo de proteger a Maduro, incluso de algún intento de atentar contra su seguridad por parte de oficiales cercanos, según un informe de la agencia Reuters.
Aunque el gobierno ruso no negó ni confirmó la información directamente, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se limitó a decirle a esa agencia “no tenemos tal información”.
Aún así, al menos tres fuentes se lo habrían confirmado, y una cuarta, Yevgeny Shabayev, líder de una de estas milicias ligadas con el renombrado grupo Wagner, señaló incluso que serían unos 400 efectivos. Esto aunque los demás sostienen que son grupos pequeños.
El último de estos habría viajado recientemente en el transcurso de la semana pasada; justo en el marco de la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente, generando manifestaciones tanto a favor como en contra.
Shabayev añadió que los agentes habrían arribado a Venezuela desde Cuba, a donde se habrían dirigido desde diferentes partes del mundo donde se encontraban adelantando misiones.
Algunos vuelos de la fuerza aérea rusa aterrizaron en la región, indica Reuters, pero acepta que no hay indicios de relación alguna con las milicias. Eso sin desconocer que sí hay alguna relación con el Kremlin. El diario El País cita al informativo Fontanka, según el cual el fundador de Wagner “es Dmitri Utkin, que fue un oficial (condecorado por Putin) de la inteligencia militar rusa (GRU)”.
“Varios analistas que han investigado la empresa de seguridad remarcan que el despliegue de soldados secretos es una estrategia del Kremlin para enviar fuerzas a lugares en los que oficialmente no puede estar”, concluye el medio español.
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